La decoración y ambiente de este restaurante te transporta a otra época. El piso, los muebles utilizados para decorar y sobre todo la abundancia de plantas hacen de este restaurante uno de los mejores en cuanto a decoración y ambiente de la Ciudad. Tengo que admitir que había dejado de ir al Dining Room porque la última vez que fui a cenar la comida no tenía los estándares ni sabor usuales. Decidí darle otra oportunidad el fin de semana y que bien que estuvo todo. De entrada pedí el pulpo que estaba en su punto y la entraña. De igual forma tiene un buen menú de desayuno -si quieren probar algo diferente pidan los pancakes multigrano-.
Sobre el restaurante
Avenida Central, entre calle 9 y 10 Oeste - Frente a Plaza Herrera - Casco Antiguo - Panamá
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SERVICIOS
Menú
Reseñas
(964 reseñas)Precio por persona de: Entrada + Plato principal + bebida SIN ALCOHOL
Precio = Entrada + Plato principal + Bebida SIN ALCOHOL
Muy lindo el lugar. Buena atención. Esperábamos un sunday brunch tipo americano (buffet) pero era de menú. No se si regresaría por el brunch.
Fuimos a desayunar tarde pero ya "no había desayuno por la hora". Utilizamos el menú de las comidas. Creo que fue un truco, pues el restaurante estaba vacío a las 10:00 AM y nos dijeron que teníamos que esperar a las 11:00 AM hora que empezaba el almuerzo. Probamos la ensalada de langostinos con berro, puré de aguacate y vegetales. Estaba bien. El cerdo adobado sobre tostadas recomendado por la casa estaba muy grasoso igual que los vegetales asados que lo acompañaron. La corvina regular acompañada por una atroz tipo Thai estuvo coquetón. Lo mejor de todo fue el pan de la casa brindado por la casa. La atención de rutina sin esmero especial. Hay valer parking que ayuda definitivamente cuando está él área congestionada.
Mi primera aterrizada en este restaurante. Fuimos al servicio religioso en mi vieja Iglesia de la Merced. Añales en no visitarla. Bella como siempre. Luego cruzamos la calle y probamos el brunch. El local renovado recientemente con buen gusto, mezcla la actual moda de lo antiguo con lo moderno. El decorador lo logró. El añejo edificio, con su elevado techo, inexistente en la económica y pilinque arquitectura contemporánea lo hace agradable y da sensación de espacio. Sus dos enteradas hace fácil su acceso, quiero decir: por al Parque Tomás Herrera y por la Avenida Central. Sus mecedoras antique y baldosas recién envejecidas para los turistas se entrelazan en una buena simbiosis. El mesero atento hizo su trabajo sin las usuales equivocaciones. Retorno rápido de lo ordenado. Como era un brunch los Huevos Benedictinos y el cerdo adobado sobre patacones (un poco picantes, no aptos para los que no les gusté este condimento) para mi gusto estuvieron excelentes. Los precios son competitivos y buenos para lo que vemos en la plaza. Volveré a cenar.
Considero que este lugar está sobrevalorado. Hasta podría decir “nada que ver”. El menú es muy limitado, la atención es regular y los sabores sumamente predecibles y normales. Está desbalanceada la relación calidad y precio. Por otro lado, entiendo que el concepto del lugar es tipo “Vintage”, sin embargo quien restauró el lugar no logró que su idea fuese acorde con la percepción de lo antiguo y/o clásico. El lugar parece un caserón viejo y descuidado. Es más, recuerdo haber visto la tapicería de ciertas partes en otro lugar (me pareció reciclado). No vuelvo a ir.
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