Místico

el lugar se ve interesante la comida esta bien tomando en cuenta que es mexicana you can never go wrong, pero que cara waooooo. de verdad que para tomar tragos y unos taquitos de hongos, unos camarones, unos chicharrones, unos domplin? y margaritas las cuenta se fue por la nubes, volveria ? que va. Pero es una pena para comida mexicana que este tan caro.

Un espacio bastante acogedor, el servicio excelente, pedimos un par de entradas y varios platos fuertes, Lo que pedimos llegó muy bien presentado y todos los platos estuvieron delicioso, aunque algunas porciones las encontramos algo reducidas con relación al precio. Si es bueno que tomen en cuenta que el ruido de la discoteca que les queda al laso es muy fuerte , la vibración es molesta y no les favorece. Aunque el ruido comenzó ya después de las 10:30 pm y pudimos cenar tranquilamente. Por lo demás, nuestra experiencia fue muy buena y esperamos repetir la visita!

Me habían recomendado este restaurante y fui con el pensamiento de que era comida mexicana, pero aparentemente hace poco cambiaron y ahora es fusión? De entrada el chicharrón estuvo muy rico y el ceviche también. En la mesa pidieron una pasta con langostinos (picantita, pero rica el feedback), risotto de frutos del mar y yo pedí el pato, que también viene con un risotto verde que estaba de muerte lenta. El servicio es excelente, la música genial y los cócteles están muy ricos.

Este es un lugar realmente sorprendente han cuidado cada detalle, desde que llegas las velas con las flores te transportan a México, a penas ingresas al restaurante te reciben de forma muy amable y te llevan a la mesa (te recomiendo hacer reserva, ya que es bastante concurrido), tienen dos espacios y el diseño hace que sientas que tienes privacidad. Pasemos a lo realmente importante: la comida, los sabores son únicos, con un toque especial de picante, la mezcla de sabores hacen una combinación perfecta. En atencion se llevan un 10 de 10 Osvaldo y Valentina hacen que la experiencia gastronómica sea excepcional, Osvaldo particularmente te hace sentir en casa, tiene amplio conocimiento del menú y las recomendaciones son sin duda alguna un éxito garantizado.

El lugar es muy acogedor, pequeño pero agradable. La comida excelente. De entrada probamos el paté con mermelada de naranja en tostadas (fue lo que menos gusto), los chorizos argentinos y el ceviche de corvina estilo panameño (muy buenos). Para el plato fuerte, el filete a la pimienta (sabroso), la pesca del día que para el dia tenian róbalo (delicioso), la entraña (espectacular) y los langostinos Don Julio (riquisimos). Todo esto compás de un vino malbec muy bueno. De postre las crepes rellenas de helado (buenisimas) y unos churros (estos no nos gustaron). Para cerrar un cortadito. Es un lugar al que sin duda volveremos.