Maito

Por tercera vez visito este restaurante y fui con la mente más abierta. Probé 3 entradas: el pulpo (un ganador), croquetas de jamón serrano sabor suave y textura aguada (en lo personal las prefiero más contundentes) y el ceviche frito acompañado de una salsita que le iba muy bien. Plato principal: corvina al chorrillo. Una buena porción con dos pedazos del tamaño de un puño pequeño y acompañados de 3 langostinos. La salsa estaba muy delicada y llena de sabores como culantro y perejil y acompañados de unas papitas con dos salsas. De postre un tiramisu con mousse de cappuccino y helado de amaretto. Sigo considerando que los postres no son su fuerte. Sin embargo, me encanta la creatividad de tomar ingredientes panameños e innovar presentando platos llenos de texturas y capas de sabor.

Entradas: hash de patacones estuvo bueno pero nada extraordinario. Las conchuelas y el pulpo creativos y elaborados. Carpaccio de entraña delicioso. Plato principal: Risotto de espárragos con champiñones poco sabor de espárrago pero buen punto de vino y consistencia. Calamares rellenos de risotto negro, simples los calamares pero risotto con muy buen sabor. Los postres no son su fuerte. El mousse de queso muy líquido y bastante simple. Porciones pequeñas. Mojitos excelentes. Atención muy servicial y amables.

Fuimos por primera vez y probamos el menú degustación, la comida tiene muy buen sabor pero las porciones me parecieron muy pequeñas, tenemos pendiente regresar a probar otras opciones en el menú.

Es uno de los mejores restaurantes de la ciudad, sin lugar a dudas. De entradas pedimos el pulpo con un aderezo de naranja, que estaba perfectamente tierno y sazonado, muy rico, pedimos también unos langostinos que estaban muy frescos servidos con patacones que vinieron estos últimos delgaditos y crujientes. De plato pedí un salmón que cuecen en leña y que sirven con un crust muy fino y delicado, la polenta con hongos que acompaña estuvo regia (se me hizo agua la boca de sólo recordar). Los postres concuerdo con otro comentario de que pudieran ser más creativos, vaya, flan, crema catalana, etc es lo mismo que en todos lados, pero eso lo acredito a la escasez de chefs pasteleros en los restaurantes, cosa que esperemos mejore en el futuro cercano.

El lugar es formidable, la decoración es fresca y relajada. La atención muy buena, los meseros son atentos. Recomiendo de entrada la berenjena.