En un ambiente con servicio espectacular fuimos solamente por unas margaritas cuya buena calidad se mantiene aunque el tamaño me pareció menor que al de hace un año lo cual atribuyó a la situación que vivimos, pero su calidad permanece con unas boquitas que estaban bien para la bebida. La joven tan atenta nos convenció por ello pedimos una entrada que era un guacamole que estuvo regular porque la hicieron casi sin sal. Las margaritas se repitieron por lo cual pedimos un plato adicional que fueron unos mini nachos con carne al pastor que escaseaba porque lo que predominó fue la pasta de frijoles y me cuesta decir esto, pero el plato dista mucho de lo rico y sabroso que es una comida mexicana que para el precio que tiene la calidad fue muy pobre. El precio creo que debe reflejar la cantidad, pero la calidad debe prevalecer ante todo es mà forma de pensar y espero puedan mejorar.
