Starbucks (Via Brasil)

Me encanta tener reuniones con amigos o compañeros. El lugar es super cómodo. Me encanta el wrap de queso feta, el green tea latte o el chai tea latte.

Buen sitio para ir a tomar algo calientito y trabajar cuando quieres romper un poco el lugar tradicional de trabajo (la oficina). Me gusta porque se presta un ambiente de respeto y concentración para los que vamos con ese objetivo. Los postres deliciosos, buena variedad. En cuanto a las opciones saladas me parecen un poco limitadas. Sugiero que tengan más sabores de croissants, bagels y que incluyan empanadas para los que solo deseamos picar algo saladito.

El ambiente me encanta! Súper chevere para ir a leerte algo mientras disfrutas una rica bebida. He probado varias cosas y me han gustado. El café no es tan fuerte, sin embargo sigue siendo rico. Muy buena atención! Lo único que lo considero muy costoso, podrían mejorar los precios o hacer promociones del mes para nivelar un poco el costo de los productos.

Como es reconocido por los conocedores del buen café, la famosa cadena representa en Panamá un lugar con buen servicio, excelente ambiente y mal café. Vamos usualmente para comernos un postre. El espresso, la bebida de partida para cualquier barista, siempre carece de la buena crema que naturalmente se forma cuando la preparación es la correcta; en cuanto a las bebidas que tienen espuma de leche, como el macchiato y el capuchino, no saben preparar la espuma, siempre está demasiado aireada (como se aprecia en las fotos), contrario a la preparación adecuada, que aporta una espuma densa y cerrada.

Lo que anhelábamos en nuestra primera reseña del lugar, que la atención se mantuviera tan esmerada una vez se marchara el personal de entrenamiento que asistió en la apertura, por nuestra experiencia en esta ocasión, no parece estarse dando. Uno de los lemas de esta cadena es que te cambian el café si no es de tu gusto; cualquier barista sabe que una de las características de un buen espresso es que al prepararlo se debe formar una capa de crema natural en el proceso de extracción del café; ordenamos un espresso doble, que no tenía casi crema, y, al reclamar por ello, la persona que lo había preparado nos respondió que la crema era en el macchiato y no en el espresso; obviamente, esta persona está lejos de ser un barista, y, su respuesta, dista mucho de lo que se espera de alguien que trabaje para una cadena que ha ganado su fama por hacer un buen café y brindar una excelente atención. Le explicamos por qué su apreciación no era correcta y se vio obligada a prepararlo de nuevo, no con buena actitud, aunque sí con un buen resultado en esta segunda ocasión.