Moró

Había estado en este restaurante, ubicado en el piso 15 del hotel W y me había encantado. Esta vez había buffet por lo que comimos muy bien, casi de todo, especialmente las ensaladas, el couscous, la carne y los postres, deliciosos. Ellos sirven una mantequilla con aceitunas de kalamata que son de muerte lenta (tipo humus) y los panes artesanales son excelentes. El mesero, Valerio, fue sumamente amable y nos hizo muy agradable el almuerzo. Excelente vista a la ciudad, de las pocas que uno puede tener en este país de rascacielos. Altamente recomendado.

Es un restaurante, como me dijo Aura, la atenta mesera que nos atendió, de comida panameña. Pero bien sofisticada! Y deliciosa! Escogí el lugar por la vista, que está sobre 15 pisos de la calle 50, lo que permite una vista a toda la ciudad y la bahía. Las sillas son incómodas, no puedes recostarte si quieres estar recto para la mesa. Pedimos una botella de espumante que trajeron muy frío. Compartimos una entrada de rollos de langosta, que eran pedazos de langosta con unos rollos de vegetales y una salsa que tenía wasabi, deliciosa. Ambos pedimos pato confitado, que es una porción super generosa, pues son dos presas de pato, con puré de camote, nabo y espárragos. El pan es muy bueno, artesanal, y te lo sirven con una mantequilla con tapenade deliciosa. De postre, compartimos un mousse de chocolate delicioso que estuvo delicioso, ni se sintió el pimiento. Todo muy bien presentado y con detalles de buen gusto. Altamente recomendado

El ambiente del restaurante es muy acogedor, moderno, el servicio excelente! Pude probar el mondongo de carnes mixtas, muy sabroso! Igual el cheesecake y los profiteroles excelentes postres, el cual es super bien acompañados con el té que sirven.

Decidí ir un domingo a la hora de almuerzo. Pedí de entrada el salmón confitado y el atún. El salmón realmente básico, no a la altura de restaurante. De plato fuerte pedí la trilogía de atún, dejando mucho que desear, tres porciones de pescado diferentes (atún, corvina y salmón), simples, sin mayor producción. El servicio bueno, amables. Sin embargo, se nota que no conocen bien el menú, disponibilidad de vinos, falta de entrenamiento. El sitio muy bonito, cómodo.

Excelentes sabores y presentaciones en este restaurante, esta vez probé la carne sobre una cama de hongo portobello... la carne en su punto y jugosa, llena de sabor contrastada con el sabor del hongo portobello. Postre un flan sobre galleta crocante y si hay algo que resaltar, es que en ningún momento el postre es hostigante. Por otro lado, a la entrada del carpaccio de pulpo le hacia falta un poco de sabor, ya que el pulpo no resaltaba. También para resaltar, el queso tipo crema presentado en un pequeño recipiente tipo “maseta” adornado con unas ramitas, espectacular. Recomendado!