Makoto Okuwa... La crème de la crème. Más que todo, lo que llama la atención de este restaurante es su precio. Lo cuál lo convierte en un restaurante super exclusivo. Uno de los más caros del país. No es cualquiera el que va a comer ahí. Sin embargo, sus platos son realmente destacables. Cada plato es servido de manera diferente y especial. Es una experiencia gastronómica inolvidable. Son tantos los detalles de cada uno se sus platos, que siempre tendrás algo que mencionar de esa visita. Yo he ido una sola vez y fui en una ocasión especial, San Valentín, junto con mi pareja y mi calificación es en base a la experiencia de aquella velada. El restaurante estaba saturado en comensales. Hice mi reserva con tiempo, llegué puntual y sólo esperé unos pocos minutos para ser dirigido a nuestra mesa. El menú... Algo que destaca de este restaurante es que no existe esa división entre entrada y plato fuerte. Cualquier plato puede ser tomado como plato fuerte o entrada. Las porciones son gourmet, para degustar, no para llenarse. Pedimos sashimi sampler, muy fresco y rico. Un nigiri oh-toro; muy rico. Langosta, rica y hermosa presentación; aunque algo difícil para comer con palillos; la carne estaba pegada al caparazón de la langosta. Carne wagyu, rica. Y mero, que fue el plato que más me gustó y el que recomendaría más; era de sabor agridulce, delicioso y de mayor porción que el resto de platos. Pedí también un postre, un tobanyaki, no fue muy del agrado de mi paladar; me empalagó, combinaba frío con caliente; era sin duda era un postre diferente. La atención, fue buena, pero había demora. Supongo que por la fecha de aquella noche. Demoraron mucho en traernos la cuenta, pero lo compensaron con un rico brownie cortesía de la casa. El ambiente... Comimos adentro; es ruidoso. Hay de opción la terreza que me han dicho que es más tranquila. Esa noche nos sentimos un poco apretados. Habían parejas de ambos lados. Estábamos muy pegados los unos a los otros. Al principio nos costó entrar en ambiente. Ya viví la experiencia Makoto.
