Casa Stizzoli

Casa Stizzoli es uno de los mejores restaurantes de comida italiana. La atención es excelente. El menú es delicioso tanto las pizzas como las pastas y la comida di mare.

Fui con mi esposo a cenar y los platos que probamos estuvieron buenos, pero no lo suficiente como para destronar a otros rest. Italianos que hemos ido. Teníamos altas expectativas del Tiramisu pero no logro cumplir con lo esperado. Eso sí, la atención de maravilla!!

Ambiente moderno, buen servicio, buena cocina, aunque precios excesivamente altos para el tipo de comida y tamaño de las porciones. Lo mejor del lugar es su decoración moderna y acogedora. La atención es buena pero podría ser mucho más personalizada y atenta. La comida bastante normal. He comido pizzas mucho mejores por la mitad del precio en la misma zona de San Francisco. Probamos la Ruculoza y la Cotto e Funghi. Lo mejor fue la masa, super delgada y crujiente con muy buen sabor. A la Ruculoza le agregan un aceite de oliva con trufas con un sabor muy característico que no ha todo el mundo le gusta. Recomiendo el lugar para un almuerzo de negocios. No regresaría a menos que ofrezcan un descuento significativo.

He ido ya una decena de veces, he podido probar gran parte del menú, desde pastas a Pizzas y los postres, Comer en Casa Stizzoli es una experiencia para todos los sentidos, Comenzando con la decoración y el ambiente, sublimes, area interna y terraza todo diseñado para que crear la atmosfera perfecta para el buen comer. La comida es artesanal y rústica pero presentado elegantemente, sabores honestos y puros que acompañados de un buen vino te invitan a explorar otros platos. En estos momentos la pizza vegetariana y la pasta mediterránea tiene mi recomendación. La atención inigualable, cumplen los estándares de un restaurant de nivel, desde la anfitriona al metre, los saloneros todo un equipo presto para atender los más exigentes comensales. Dense el gusto de pasar una tarde una noche, lo único que requieren es una buena compañía lo demás lo provee Casa Stizzoli.

Desde que entras, el aroma de lo platos es exquisito, el personal que te da la bienvenida amable y el mesero John que nos atendió respondió todas nuestras preguntas relativas al menú. Todo iba bien hasta que al terminar los platos principales, se pidió agua a otra mesera pues no vimos más a John. Ella nunca sirvió el agua a pesar de pedírsela más de una vez, el postre se demoró una eternidad y para pagar, hubo que pararse porque nadie venía. Sinceramente, no nos explicamos que sucedió pero un restaurant tan especial debe tener un servicio excelente. También notamos que por momentos, las luces cambiaban de intesidad como si hubiera algún problema. Nos fuimos decepcionados a pesar de los deliciosos platos que pedimos, de los cuales destacamos la pasta Ischia, super buena y el Filetto al Gorgonzola.