Visitamos el restaurante Mar de Grau el viernes 17 de octubre para cenar tres personas. Es importante destacar que era un viernes de quincena, momento en que los restaurantes deben estar preparados para un alto volumen de comensales. Llegamos a las 7:30 p.m., y desde el inicio la experiencia no fue la esperada. Comenzamos con las bebidas: una margarita, una limonada frozen y un vaso de agua. La margarita fue servida en el vaso más pequeño que he visto para ese tipo de cóctel, más parecido a un vaso de brandy, lo que causó una mala primera impresión. Además, la limonada frozen llegó como una limonada regular. De entradas pedimos un ceviche de combinación, ya que las gyozas & el pulpo —uno de los platos más esperados— no estaba disponible. El ceviche llegó con buena presentación, pero a una temperatura tibia en lugar de frÃa, lo que nos preocupó. El pulpo y el calamar se sentÃan gelatinosos, lo que afectó la textura y la frescura percibida del plato. En los platos fuertes, el menú mostraba fotos muy atractivas, pero las porciones servidas no correspondÃan a lo mostrado. Uno de los comensales pidió arroz combinación, que estaba bien; otro pidió tallarines con lomo salteado, que aunque sabrosos, estaban algo salados; y yo pedà tallarines con filete y langostinos, que costaban $23. Sin embargo, la porción fue sorprendentemente pequeña, servida en un plato tipo sopa y equivalente a menos de la mitad de lo que se mostraba en la foto del menú. Esto generó una sensación de decepción, especialmente considerando el precio. Para el postre, pedà el postre emblemático de Mar de Grau hecho con manjar, pero la mesera nos informó que no lo tenÃan desde el dÃa anterior. Resulta difÃcil entender cómo un restaurante peruano, conocido por ese postre, no se abastece para el fin de semana. La explicación fue que 'toma mucho tiempo prepararlo', lo cual no justifica la falta de previsión. Finalmente, a las 9:30 p.m., media hora antes del cierre (que es a las 10:00 p.m.), el personal apagó el aire acondicionado. Esto dio la clara sensación de que querÃan que nos retiráramos antes de tiempo, algo totalmente inadecuado para un restaurante de este nivel. En resumen, Mar de Grau ofrece buena presentación en algunos platos, pero la experiencia general fue decepcionante. Falta coherencia entre lo que muestran en el menú y lo que sirven, deficiencia en el abastecimiento de productos clave, y una actitud del personal que deja mucho que desear al final de la cena. Definitivamente tienen potencial, pero necesitan mejorar significativamente su servicio, control de calidad y atención al cliente.
