Hacienda Real Steak House - Mariscos

Fui a celebrar mi cumpleaños con un grupo de 15 personas y realmente la pasamos increíble. La comida siempre muy buena, la atención de los chicos excelente! Teníamos un espacio bastante privado (prácticamente solo para nosotros) en el segundo piso. Volvería sin pensarlo.

Fui hace poco a este restaurante, después de mucho tiempo de no ir y la experiencia fué excelente, a pesar que fuí con mi esposa muy tarde en la noche, la atencion del personal fue excelente, algo que adolece mucho restaurantes en Panamá y mas estando a punto de cerrar. Mi esposa pidió la combinación de filete con langostinos, pidió que los langostinos se lo hicieran al ajillo y me comento, que mejor los hubiera dejado sin la salsa de ajos, hubieran estado mucho mejor dice. Yo pedí el combo de filete con entraña término perfecto, tal cual como lo había pedido, termino medio pero, aunque la papa asada estaba muy chica, tenia buen gusto, los frijoles refritos, de los mejores que he probado y para terminar, compartimos un pie de limón que estaba muy bien preparado; no me arrepiento de haber vuelto.

Siempre una buena opción. El estacionamiento es chico pero cuentan con valet parking. La atención es buena y la comida sale en tiempo responsable.

La comida es bastante buena. Las carnes a la parilla creo que es lo mejor que tienen. El servicio es algo lento, son muy atentos. El ambiente es agradable, un poco oscuro para mi gusto.

Si hay algo que siempre he amado de Hacienda Real es el caldito! Fui a principios de mes con un grupo de amigas, solicitamos la reserva en un área apartado del restaurante para evitar el bullicio de otros comensales (pero fue imposible) nos sentaron cerca de unos estudiantes extranjeros que estaban SUPER EMOCIONADOS de estar en Panamá (por lo que sobro fue risas altas) pero bueno, eso es lo de menos. No pedimos entradas ya que teníamos demasiada hambre, así que pedí un Steak a la Pimienta, y media porción de Ensalada Caprese... la carne a pesar de que la solicité bien cocida estaba jugosa... a mitad de plato debí solicitarle al salonero que por favor me la volvieran a calentar que ta el abanico que estaba sobre nosotras me había enfriado la comida. Tomamos sangría blanca, que estaba deliciosa y de postre un Tres Leches con Amaretto que estaba a pedir de boca (la porción es para compartir) por que es grandecita.