Francis Rasenna

El restaurante es acogedor y el servicio amable. Sigo recordando la entrada de grelos gratinados que pedimos. Las pastas son frescas y hechas en casa, ¡recomendado!

Este es el tipo de restaurante que, sin anunciarlo, termina siendo perfecto para un date. La iluminación tenue, la música suave y la forma en que el espacio te envuelve crean un ambiente naturalmente romántico, sin forzar nada. Es íntimo, elegante y con ese toque acogedor que hace que la conversación fluya sola. El servicio acompaña muy bien: atentos sin interrumpir, amables sin exagerar. Se siente orgánico, y eso suma muchísimo cuando vas a “datear”. Un must es su pasta fresca, sorprendente en su simpleza y técnica; se nota que la hacen en casa y con amor. Obviamente para el postre tenía que irme por el tiramisú, que es uno de mis postres favoritos, no decepcionó… peeeero sí esperaba un poquito más. Está bien hecho, con buena textura, solo que le faltó ese “wow” que me hace pedirlo de nuevo sin pensarlo. Aun así, es un cierre agradable para la velada. Definitivamente volveré para probar otro postre.

Un restaurante con una propuesta de comida italiana diferente a los demás. El ambiente acogedor con iluminación cálida y el detalle en la presentación de sus platos resalta. La combinación de sabores en las entradas fue magnífico y sus gelatos como postres refrescantes hacen que la experiencia sea agradable de principio a fin.

nos encanto ir. diferentes platos y todos quedamos complacidos. de las entradas la más recomendada es la Scarmoza affumicata, los raviolis excelente y el tiramisú. de la selección de vinos el Chianti Clásico servicio normal y el ambiente muy especial.

Mi experiencia en Francis Fasenna para celebrar mi cumpleaños resultó decepcionante, a pesar de las buenas referencias. Las croquetas de papas carecían de sabor y la salsa de tomate quemado no aportaba nada. Los agnolotti de cordero, aunque esperaba más siendo amante del cordero, resultaron insípidos, con una salsa sosa y sin gracia y recalcó nuevamente le faltaba ese toque de sal para realzar y tambien pareciera que ese “fondo de cocción” lo mezclaron con agua y maicena para agrandarlo. El rigatoni bolognese fue lo único rescatable, aunque no destacaba. En cuanto a precio y calidad, considero que hay opciones italianas mucho mejores. Además, varios platos del menú no estaban disponibles. Los cócteles fueron lo único destacable. En resumen, no volvería y preferiría otro restaurante italiano.