muy buen lugar si lo que buscas es una cafetería sencilla y tranquila para comer un emparedado. Buen ambiente que te hace sentir que estás en el pasado, la decoración y la música agradables. Destaco la atención de todo el personal, siempre amables y atentos a todos, incluso al decirle que era nuestra primera vez, la mesera nos explicó de qué se trataba el contenido del menú y aclaró cualquier duda. Pero sin duda alguna lo mejor de este lugar son las papas fritas, por las cuales volvería cada semana, en pocos restaurantes se hacen las papas de esta forma tan tradicional y naturales, solo espero que no las cambien!!! Si tuviera que mejorar algo sería el precio de la sangria y cervezas ya que por el tipo de lugar que es, las siento un poco elevadas, o al menos mejorar el tamaño ya que la copa es bastante pequeña y la sangria es normal, nada espectacular. Fuera de eso, todo muy bien, vale la pena conocerlo e ir de vez en cuando para un almuerzo relajado. Sugiero que entre semana también agreguen algún tipo de menú ejecutivo para que se vea más atractivo.
