Visité el restaurante con una amiga vegan, ambas íbamos por primera vez y teníamos altas expectativas ya que nos lo habían recomendado varias personas. El lugar es súper acogedor y lindo, estábamos fascinadas con el ambiente, pero el servicio nos dejó bastante decepcionadas. Siendo las únicas personas en el local nos atendieron muy lento, demoraron como 15 minutos en traer las bebidas y la entrada llegó con el plato fuerte unos 45 minutos después de pedir. Lo que realmente nos disgustó e incomodó fue que pedimos los "montaditos" con 6 opciones que en el menú decían claramente ser todas vegan, pero al llegar uno, tenía queso crema, uno tenía salmón y otro prosciutto. Por el salmón y el queso se disculparon inmediatamente, en vista de los dos errores previos nos quisimos cerciorar que el "prosciutto vegan" que decía el menú era en efecto vegano y nos dijeron que si era. Al probarlo notamos que indiscutiblemente NO era vegan por lo que la salonera tuvo que consultar con el chef y nos confirmó que era cerdo y no un sustituto. Obviamente la chica estaba súper apenada pero nos quisieron jugar la carta que "no confirmamos nada al pedirlo", cosa que no nos pareció necesario en el momento ya que todo tenía el símbolo de "vegan". La verdad nos pareció una total falta de respeto la poca atención que prestaron con los pedidos y luego el tratar de lavarse las manos como quien dice "ustedes debieron asegurarse qué era lo que pedían". Muy mala impresión nos dejó este restaurante que se presenta tanto en las redes como "vegan friendly". Deben mejorar su calidad de servicio y recalcar a su personal la importancia de las restricciones alimenticias.
