Fui con muchas expectativas y salí desilusionada. Fuimos el domingo al Brunch. Hice la reserva aquí y la niña de la entrada que no la encontraba mientras me retenía en la puerta . Se la mostré y todavía así no me creía asumo que por mi cara "de pocos amigos" me dejo entrar y me dieron una mesa. Pedimos french tomaste para las niñas, secas y malas y se veían muy lindas pero el sabor fatal. Pedimos una tabla muy normalita. Las mimosas en copas pequeñas muy lejos del standar de una copa de champán. Pedí un Gran Colombia que me pareció rico y buena porción y mi esposo un croque monsieur que no fue de su agrado . Las bebidas de coco y frutos salvajes ricas, igual que su limonada de coco. La atención demorada, olvidadizos ...los meseros perdidos , no sabían donde iban las órdenes y las confundían. Me preguntaron 4 veces si ya tenía mesa la misma host que nunca encontró la reserva. A ese nivel de "lost" estaban . El menú de brunch muy limitado. Ambiente 10/10 con sus autos antiguos y es tipo museo muy cool. Solo por eso les daré otra oportunidad.
