Al Basha

Muy buena opción si se quiere comer Libanés con una buena presentación a un buen precio. Me encanto el ambiente y la comida estuvo toda exquisita!!

Excelente ambiente, uno podía escoger si sentarse en la terraza que había Un DJ con mucha variedad de música y dentro del restaurante había show de baile de la cultura. No tardaron en servirnos la comida.

Les cuento que la comida está deliciosa, hay mucha variedad de comida libanesa, también hay comida para niños y para aquellos que tienen otros gustó, la verdad muy rico todo

Este es mi restaurante libanés favorito en la ciudad, pero en esta última visita noté una leve caída en la calidad, pero sobre todo en la cantidad de la comida. La "variedad libanesa" para DOS personas trae UNA pieza de Sambusek, UNA hoja de parra rellena, UN kibbe frito con UNA cucharada de tahine, y dos pedacitos de falafel que parece 1 normal cortado en 2. Para eso, mejor ahórrense las camitas de lechuga que trae cada platito, y pongan dos pedazos de cada artículo. Fue casi una degustación y no una cena para dos. Los sabores estaban bien, pero tuvimos que cortar todos los platos en dos mitades. Eso es una runchería! El plato principal, un pollo al carbón, curiosamente viene con una selección de acompañamientos que nada tienen que ver con comida libanesa: papas fritas, patacones, o papa asada. Por qué no una ensalada fatoush, o un tabbouleh? Plátano con comida libanesa?? no entiendo cómo hay lechuga y repollo para adornar los platos de la "variedad libanesa", pero no hay para acompañar los platos principales con una ensalada fatoush? Nombe no!! cada vez se recibe menos por igual precio o hasta más. La limonada con hierbabuena también vino mitad líquido, mitad hielo triturado. A los dos sorbos, se acabó. Gastarse $25 por persona en una cena así, no debería pasar.

Visitamos Al Basha nuevamente y nos fue muy bien. Pedimos la mesa libanesa, y además, un kibbe nayeh. En mi opinión, Al Basha tiene los mejores kibbes fritos de la ciudad. Crujientes y grandes, sin ser grasosos (ojalá trajeran más salsa tahine, no sé por qué siempre sirven muy poco). El condimento y cocción de las carnes y pollos, al punto. Las ensaladas tabbouleh y fattoush frías y frescas. La atención de las meseras colombianas es muy esmerada. El estacionamiento es limitado pero casi siempre tienen un valet. Evito visitar los viernes y sábados por lo alto de la música de las belly dancers, pero es parte de la experiencia del restaurante y hay quienes les gusta. Los precios razonables, considerando lo caro que se han puesto los restaurantes en Panamá. Lo recomiendo.