excelente el servicio de Juan David que nos atendió maravillosamente. Los totopos de cortesía con la salsita de cortesía muy ricos. La comida llegó súper bien y rápido, las fajitas de pollo von excelente porción y los tacos de cochinita pibil, sabrosos. Nos hizo falta probar la horchata, así que a volver.

Ya he ido varias veces y me gusta mucho las pizzas y el pollo a la parmigiana. los meseros son geniales y el ambiente súper agradable. me hace falta un poco el parking, pero eso es una pandemia en nuestra ciudad. Pedí un pollo apanado y el chef abusó un poco del romero, a quien le gusta el Romero lo hubiese amado pero no soy muy fan.

Las carnes aceptables, pero si tienes la mala suerte que te toque en el piso superior, a los meseros hay que enlazarlos, la estructura NO se presta para que puedan atender bien a una mesa, sobre todo las grandes. El piso superior es muy ruidoso y se hace muy difícil mantener una conversación sin gritar.

La comida riquísima y las porciones muy generosas, algunos platos valdría la pena compartirlos. Súper chévere para ir con los niños, como es un lugar bullicioso, nadie notará un chiquito gritando. Músiquita sabrosa y el mesero que nos atendió es un sol.

El servicio muy bueno, menú pequeño pero lo que pedimos estaba todo delicioso, la comida caliente, la entrada deliciosa y un postre riquísimo, para venir con amigos y disfrutar de unas cervezas es el lugar perfecto.

Me encanta el ambiente movido, el servicio siempre atento, los meseros son pacientes, en esta ocasión fue Jonathan, con los niños aunque se demoren una eternidad en decidirse. Es un lugar perfecto para comer, después seguir con copitas y una buena conversa.

Las torrejitas de bacalao estaban riquísimas, el pescado súper fresco y sabroso, definitivamente vuelvo a comer allí cuando me entre el arrebato de comida afro antillana.

Alternativa excelente para llevar alguna visita a degustar comida típica, ambiente alegre y meseras agradables. El pulpo de bocas y la lechona altamente recomendado. La masa del tamal muy sabrosa. Aunque el local está medio escondido.

Lugar muy cómodo para ir con la familia, nenos pequeños sin sentir que vas a molestar a nadie. Me encantó celebrar junto a mi familia en una mesa de casi quince personas, la comida no demoró años y un solo mesero nos atendió. Comida muy sabrosa. Recomiendo la sopita de minestrone, económica, sabrosa y muy satisfactoria.

La comida es realmente sabrosa y las porciones generosas. Buen lugar para ir cuando tienes mucha hambre. El ceviche frito con yuca, las arañitas, el arroz verde y el lomo salteado son mis favoritos. Lo único es que hay que llegar temprano, el lugar es chiquitico.