Reseña: La Pulpería, San Francisco (Panamá) Por un crítico que lamenta profundamente haber vuelto Hay caídas, y luego está lo que ha ocurrido con La Pulpería en su sucursal de San Francisco: un derrumbe culinario tan estruendoso que deja temblando incluso a quienes guardábamos los recuerdos más cálidos de su hermano mayor en el Casco Viejo. Porque sí, yo fui —y celebré— esa Pulpería original. Aquel diminuto refugio en las calles empedradas, donde los tragos salían con una precisión casi quirúrgica, donde el servicio tenía la soltura y el cariño de una casa conocida, y donde los platos parecían llegar suspendidos entre mar y fuego. Su pulpo a la plancha —tiernisímo, caramelizado, profundamente sabroso— era, sin exagerar, uno de los mejores que se podían comer en la ciudad. Un plato que justificaba por sí solo las reseñas entusiastas, las recomendaciones casi devocionales y el peregrinaje de clientes que sabían que estaban ante algo especial. Pero esa magia, al parecer, no sobrevivió la fiebre de expansión. Lo que probé hoy en San Francisco no fue una versión distinta: fue una traición. El pulpo a la parrilla, otrora estandarte de la casa, llegó a la mesa con la textura de un neumático dejado al sol. Duro, sin alma, sin sabor. Un pulpo que no ha visto una parrilla real en su vida reciente: gomoso, seco, y con esa sospechosa tibieza desigual que solo la microondas concede. Los tacos de pulpo, por su parte, fueron un ejercicio de resignación: tortillas húmedas, relleno insípido, y una ejecución tan desganada que me hizo dudar si alguna vez existió el cariño por la cocina que hizo famosa a la Pulpería original. Lo peor no es que el restaurante haya cambiado. Eso es natural. Lo devastador es que ha renunciado a lo que lo hizo grande: ese espíritu “boutique”, íntimo y enfocado, que en el Casco Viejo se traducía en precisión, afecto y un estándar culinario que hablaba por sí solo. En San Francisco, la versión multiplicada y despersonalizada de la marca parece haber sacrificado su esencia en el altar de la expansión acelerada. A quien lea esta reseña —especialmente a quienes guardan memoria de la Pulpería fundacional— le digo, sin rodeos: evítela. No vale la pena la nostalgia, ni la esperanza, ni la curiosidad. Los “platos insignia” no solo ya no brillan; hoy duelen. Y lo que antes era un tesoro escondido, hoy no merece ni una segunda oportunidad. Cero estrellas. Y no vuelvo.

Esperaba más de un lugar que me habían recomendado. Pedimos 4 platos: arroz frito de combinación, puerco agridulce, chow mein, y hojas de mostaza. El arroz, sin sabor, blanco (sin una gota de salsa soya) y pocos pedazos de carne, camarones o vegetales. Puerco agridulce…que corte más malo, duro, y seco. le tiraron salsa agridulce a ver si ayudaba, pero no. Chow mien, busca los fideos, por ningún lado aparecieron, y las hojas de mostaza, meh….gasto de plata. más NUNCA regresó.

Tenia esperanzas para este restaurante después que vi unos videos por instagram, así que fui sin leer tan siquiera una reseña o calificación del mismo. De entrada, pulpo y angus Carpaccio. Buenos, más el pulpo, que el carpaccio. Pan de la “casa” es ofrecido, pero igual cobrado….come on guys…!!! Platos fuertes, Pizza Diavola, lo mejor de los tres platos. no era excepcional, solo ok. Pollo al limón. Wow…como si hubieran tomado una pechuga de pollo, lo hubieran sancochado, después metido en el micro ondas, y después ponerle “algo” encima. CERO sabor, duro, sin salsa…nada que ver. Casarece al Ragú di Borgo. Parecía una pasta Chef Boy-Dee (y es insulto a la lata)…cero carne…comentarios finales: querría que este restaurante fuera bueno. Es todo lo contrario. Never again.

El brisket y las costillas excelentes. La verdad se han esmerado mucho en hacer un concepto que rinde homenaje a las buenas BBQ de Texas. French Fries, corn on the cob and iced tea hay que agregarlos al menu. La comida salio super rapido y el staff (mas el dueño) siempre atentos a todo. Definitivamente un lugar para ir y regresar

No se que les pasó, pero han pasado de bueno a bien malo. Primera vez, comida excelente. Hoy pedimos nuevamente pero a domicilio. Sopa de wanton, sabía a agua, CERO sabor. Malísimo. Chop Suey, bien mediocre. Sabor 🫤 (meh). Hicimos el pedido x el app de ellos, que nunca confirmaron. Tuvimos que hacerlo otra vez (después de 45 min) por pedidos ya. Teléfono para llamarlos, no funciona. $47.00 por comida bien (bien) mala. Nunca más.

Las tapas, excelentes. Mas notables: Empanadas de mariscos. El pulpo (obviamente) el humus, excelente. Los tragos, off the charts. El bartender, un mixologist de primera. Altamente recomendado.

Excelente comida, preparado inmaculada mente. De excepcional a “ok”. Braised beef…Must try. Exquisitamente preparado y presentado. Pulpo al “grill” parecía mas pulpo sancochado. Muy salado, pero de textura muy suave (mejor pulpo grille en La Pulpería), Ravioli con Risotto. Presentación wow, sabor, “just ok”. Regresaría para darle otra oportunidad, or para volver a probar el braised beef.

La pizza Margarita, ok, pero nada extraordinario. Decepcionante un restaurante italiano, y la carbonara, plato “signature” de Italia, hecho con Parmesano (en vez de Pecorino) y con tocino (en vez de Guanciale). Rigatoni allá Boscaiola buen sabor. Es un lugar ok, si estás por Clayton, y con hambre. venir de lejos por algo “wow”, no es esto…

Excelente pizza a base de horno de leña. El meat lovers y la margarita excepcionales. Wings…yummy! Falta trabajar el el mixology. Fui dos días seguidos, y el mismo trago (Teka Gin) completamente diferente, y es el “signature” drink. Overall, 2 thumbs up.

Tenemos años de conocer los restaurantes de Gaetano Mataró, y este, se supone, es el chef que le enseñó a los de la franquicia. Absolutamente un desastre de almuerzo. Se les pidió un plato de almejas de entrada, mas de la mitad de las almejas cerradas. . . ! Se les pidió un espaguetis a la carbonara, y trajeron un pasta, con bacon y aceite (el menu dice que esta hecho con pancetta). Se les devolvimos (bravos porque según ellos asi se hacia la carbonara), y lo trajeron otra vez, esta vez, con una “salsa”, Dios sabe con que lo hicieron, que sabia a grasa quemada. Asco completo. Se devolvió. Se pidió una ternera scallopini, que parecía mas una ropa vieja, con una chorro de “salsa” morada, que era de lo mas desagradable. Una salsa que parecía que la hubieran sacado de una lada de salsa barata del supermercado. Al final, un almuerzo, de 4 personas, en la cual solo hubo 3 platos de comida, las almejas y media jarra de sangria, termino costando $91.00..!!!!! Y eso que dieron descuento (por los malos platos) mas el descuento de jubilado. . . (como decía Condorito..PLOP..!!!) Le comente al waiter la malísima experiencia que habíamos pasado, y honestamente, JAMÁS regresaré a aquel restaurante. Has perdido un cliente, que por años te brindo apoyo, especialmente, sabiendo que este chef tuyo, es “supuestamente” el que entreno a todos los de las franquisiados. Que mala experiencia, y no se lo recomiendo a NADIE…!!!