No me saludaron cuando entré y ese diferenciador que he percibido en otros Ajisen, hizo falta, la comida muy bien y a tiempos correctos, el servicio debe mejorar, a pesar de que el restaurante esté lleno.

Un rincón, con bebidas excelentes y platos perfectos para acompañar tus bebidas, es chico, pero con un ambiente industrial y servicio muy atento, visitarlo es obligación.

Una joya escondida cerca del parque industrial, verdaderamente que la relación cantidad/calidad/precio de este restaurante es excelente, vale la pena comer regularmente aquí.

Mi restaurante Chino/cantonés favorito de Panamá, es un clasico y muy rara vez decepciona, vuelvo siempre y descubro algo nuevo.

El palacio LungFung, sacó su castillo, los sabores siguen ahi a pesar de ser sucursal y eso ya es un éxito. El servicio es atento pero muy diferente al local original, podría seguir yendo, pero prefiero mil veces el Palacio LungFung del dorado.

El servicio de este lugar es su estrella junto al producto del mar, que manejan prodigiosamente, el ambiente es clásico, cuasi intimo, de los pocos restaurantes panameños de calidad que quedan. Volveré porque hay mucho por probar.

Lo que me gusta es que las porciones van muy acorde con lo que cuestan los platos, salvo algunas opciones panameñas, todo muy gringo y de sabor gringo. Se come bien.

El ambiente de siempre, bullicioso, festivo, sus platos casi clásicos ya, el servicio un poco caótico, quizás por lo lleno que estaba. Vuelvo siempre por los mismos sabores.

Ambiente sobrio, quizás muy sobrio para una tapería, pero con servicio y calidad de alta cocina. Vuelvo siempre y me sorprendo.

El ambiente de este lugar es la clave, solo entrar y te saludan como recién llegado a Tokyo, hay platos para todos gustos de la cocina japonesa y sabores que difícilmente consigues en muchos lugares de Panamá.