Sin duda, el mejor sushi de Panamá. Umi sirve sushi tradicional en la manera japonesa—simple, sin adornos y perfectamente fresco. Nada de "dragon rolls" o inventos grotescos--con platano y queso crema, por ejemplo. Eso no es sushi. Ellos usan pescado fresco local, que estaba nadando esta mañana y no que llegó congelado desde la bodega de carga de un avión. No podría recomendar este local más.
Una adición excelente a El Cangrejo. Es un bar con entradas pero vale la pena visitar solo por las entradas. Probamos los Pastéis de bacalhau (croquetas de bacalau), Panzerottini (como un mini pizza con tomates cherry y mozzarella), los briwat (triángulos de filo con un relleno de tagine de pollo) y los funky camarones. Todos super deliciosos y muy bien presentados. El panzerottini faltaba un poquito de sal pero los otros, perfectos. Entre los cocteles, el PAnaLOMA era delicioso. Tomé dos. Este es una adición muy bien venida a la vecindad. Perfecto para After Office o para una cena casual.
Este restaurante debe de estar lleno cada noche pero no está. ¿Quizás por la falta de parking? Es cierto que no es por falta de servicio, ambiente o excelente comida. Es inusual hoy en día encontrar un restaurante que parece tradicional y muy moderno al mismo tiempo pero Místico mantiene ese balance perfectamente: manteles blancos, música a un nivel que no interfiere con las conversaciones y meseros con excelente conocimiento del menú, pero el ambiente es moderno y coquetón en el sentido de que en cada esquina hay algo que inspira curiosidad. La comida es variada y deliciosa con una gama grande de opciones de carnes, mariscos y vegetales. Para postres, los churros sobresalen--crujientes, calientes no empalagosos. Este lugar es altamente recomendado.
Muy desilusionado. Cuando llegamos, habían dos mesas de clientes nada más y las dos ya tenían su comida. Ordenamos un gin tonic, una cerveza y las torrejitas de bacalao de una vez. Unos minutos después, ordenamos una hamburguesa Portobelo y el ceviche de Pork Belly, pero con la salsa al lado para mantener el pork belly crujiente. Especificamos a la mesera que queríamos el pork belly no como entrada sino como plato fuerte. Aunque la cerveza llegó en un minuto, esperamos veinte minutos por el gin tonic cuando no había nadie más esperando por tragos en el restaurante. A los 25 minutos después de ordenar, preguntamos sobre las torrejitas que aún no habían llegado. La mesera nos contestó con un encogimiento de hombros. A los 25 minutos, llegó el Pork Belly, aunque le habíamos dicho que lo queríamos como plato fuerte. Dos minutos después llegaron las torrejitas. Cuando recordamos a la mesera que habíamos pedido las torrejitas primero como entrada, ella nos dijo que tanto el pork belly como las torrejitas eran entradas para la cocina. Dos minutos después llegó la hamburguesa. Las torrejitas, aunque sabrosas, estaban muy grasosas. El pork belly, 90% grasa, pero no grasa crujiente después de cocinar, sino pura grasa. Los platanitos que lo acompañaban también super grasosos. La hamburguesa no estaba mala pero las papas fritas muy grasosas también. Dado la mediocre calidad de la comida y el servicio inatento, no regresaremos.
Al entrar en el restaurante, es notable que has entrado en un pub escocés, quizás no 100% auténtico, pero con suficiente atmósfera para transportarme a Edimburgo . La lista de whiskies es muy extensa pero ordenamos una cerveza y un gin & tonic. Mi única crítica es que no noté ninguna cerveza británica de grifo. Ordené una rica cerveza artesanal panameña. Compartimos una entrada de un slider hecha de salchicha casera. Deliciosa. Aunque el lugar es famoso por sus hamburguesas, los dos ordenamos el fish and chips, un plato que he comido en EEUU y en Inglaterra y tengo que decir que la versión de The Wallace, servida o con arvejas o ensalada de repollo, se encuentra entre las mejores que he comido. Para el postre, compartimos el Sticky Toffee Pudding qué también era delicioso. Nuestra mesera Jacky era muy amigable y eficiente. Volveremos sin duda.
Espeziak fue un hallazgo muy bien venido. Vi su publicidad en IG y todo lucía muy rico. Yo sé, muchas veces todo luce bien en las redes sociales pero en persona, nada que ver, pero en este caso todo igual de rico como se veía. Llegamos acompañados con nuestra hija perruna y todos estábamos bienvenidos en su amplia y linda terraza. El servicio era excelente y con muy buen conocimiento del menú y de los platos. Empezamos con el Mar Rojo (con tequila y jugo de toronja) y el Kirten. Los dos muy bien preparados. Para las entradas ordenamos las croquetas de pescado, el pulpo a feira y los torreznos. Las croquetas eran divinas, suave adentro y crujiente afuera. El pulpo era rico aunque faltaba un toquecito de sal. Los torreznos eran perfectamente crujiente y tostaditos. Para los platos fuertes, ordenamos el spaghetti trufado--de otro mundo, uno de las mejores pastas que hemos comido en Panamá. La pesca de la huerta, hecho con corvina (¿Corvina es el único pescado que se consume en este país rodeado con mares?) era muy rico y sorprendentemente complejo. El plato sobresaliente de la noche era el cachopo real, que es como una milanesa pero con un relleno de queso y jamón ibérico, cubierto en Panko y frito. Uff, vale la pena regresar solo por ese plato. Algo de este restaurante que también nos gusta mucho es que hay media botellas de vino disponible, así que si no quieres consumir mucho pero no quieres ser restringido a un vino mediocre por copa, tienes otras opciones. Los postres estaban buenos: una tarta basca que es como el famoso cheesecake vasco y un brownie que era más como un blondie. Estábamos muy, muy contentos con nuestra primera experiencia en Espeziak y volveremos pronto.
Habíamos comido anteriormente en Chèvre y siempre nos gustaba. Esta vez encontramos unos problemas. En primer lugar, los tragos estaban muy aguados. Ordenamos gin & tonics y Aperol Spritzes y los dos no sabían mucho a su respectivo alcohol. Para entradas, ordenamos un pizza deep dish (para compartir entre siete personas), la porchetta market y las papas fritas con queso raclette. Todos eran muy buenos, especialmente las papas con queso. Lamentablemente, los platos fuertes no llegaron al nivel de calidad de las entradas. El socarrat con langostinos estaba super salado con los langostinos casi incomestibles y como guarnición, los tomates cherry llevaba una salsa media dulzón que no combinaba con el arroz crujiente. La pasta fruti de mare tuvo el mismo problema--los langostinos estaban muy salados pero la salsa sobre la pasta estaba casi sin sabor. El filete de res era muy pequeño por $25, Fue servido con bacon duro y acompañado con un puré de papas que llegó frío. El brisket era bueno. Los postres, nada que ver. El flan de queso de cabra era sobre cocido. Es una lástima que un restaurante que siempre nos gustaba ha deteriorado mucho.
Teníamos altas expectativas para este lugar: un ambiente cómodo y autóctono, ubicado en una calle sin salida tranquila. Lamentablemente nos fuimos muy desilusionados. Para entradas, ordenamos patacones montados de carne, changas con carne y una changa con queso. La carne mechada que usaron para los patacones y las changas faltaba sal y sazón--no sabia a nada. Los patacones montados fueron "decorados" con Cheez-Whiz! ¿Really? ¿En un restaurante "Panameño gourmet? ¿No podrían crear su propia salsa de queso? La changa con queso era el único plato rico de todos. Continuamos con una lasaña de plátanos maduros. Tenía una imagen del famoso plato puertorriqueño que se llama piñón. Lamentablemente nos desilusionó por completo. En vez de un rico picadillo entre capas de plátanos maduros, la carne molida estaba bañada en una salsa que sabía a salsa barbecue de frasco--empalagosa. La "lasaña" fue acompañada con chips de paquete de fábrica. Quiero subir una foto pero no veo ningún botón ni en el sitio web ni en la app que lo permite. ¿Mejor UX, Degusta? También ordenamos una corvina frita. ¿Cómo hacerlo mal? Lo lograron. Sólo cubierto con un poco de harina y frita hasta un punto de sequedad. No tenía sabor ni era de buen tamaño. El pork belly era bien cocido pero faltaba sabor pero acompañado con la misma salsa barbecue horrible. Tuve que pedir un plato limpio sin la salsa para poder comer el pork belly. Una pizza era peor que las de las cadenas internacionales. En un lugar que se llama "Concolón," el mismo concolón era más o menos. Nada que ver.
El servicio era cordial pero sin buen conocimiento del menú, aunque nos recomendó NO ordenar una pasta con pulpo ni tampoco el espagueti con langosta. Cuando nos preguntó por un postre, sin tener que pensar, rechazamos esa opción y fuimos a otro lugar por gelatos.
Ya hemos ido dos veces a este lugar y siempre estamos contentos con la excelente comida. Es una adicción muy bienvenida a El Cangrejo. Los wonton es, tanto los cocido al vapor como los fritos son deliciosos y servidos con una rica salsa. La langosta en salsa de jengibre y los langostinos salteados con sal y pimienta eran sobresalientes. El egg foo yong con camarones también era auténtico y rico. Mi única queja es con los vinos. No hay opciones razonables por copa. Deben de tener vinos por copa entre $6 y $10 pero no habían. Durante la primera visita nos cobraron $25 por una copia de vino tinto qué era de muy buena calidad pero mucho superior a lo que realmente queríamos para acompañar comida china. Durante la segunda visita, nos ofreció una copia de vino blanco español por $15, algo que rechazamos. Salvo por las situaciones con el vino, este lugar es altamente recomendado. Como residente de El Cangrejo, realmente necesitábamos un buen restaurante chino en la vecindad y por fin ha llegado.
Este lugar nos sorprendió de verdad. El servicio era muy atento y con un excelente conocimiento del menú y de los tragos. Las recomendaciones de platos y entradas nos dejaron muy satisfechos. Empezamos con los wontones fritos, los rollos de primavera, los lon jon kau (wonton con un relleno de vegetales) y las bolas de camarón. Todos eran ricos pero los lon jon kau y las bolas de camarón los mejores de todos. Para platos fuertes ordenamos el róbalo con jengibre y cebollina, el fuyong con langostinos, el chow fun (fideos anchos) y el arroz frito young chow. El fuyong era rico pero no como el tradicional hecho al fondo del wok sino más como un crepe pero con buen sabor. Los otros platos eran deliciosos, frescos y muy bien elaborados. Sólo el postre nos desilusionó, una combinación de Oreos, helado y cheesecake, un poco empalagoso. Los tragos eran muy bien elaborados y originales. Volveremos pronto.
Umi The Bar
Sin duda, el mejor sushi de Panamá. Umi sirve sushi tradicional en la manera japonesa—simple, sin adornos y perfectamente fresco. Nada de "dragon rolls" o inventos grotescos--con platano y queso crema, por ejemplo. Eso no es sushi. Ellos usan pescado fresco local, que estaba nadando esta mañana y no que llegó congelado desde la bodega de carga de un avión. No podría recomendar este local más.
Ape
Una adición excelente a El Cangrejo. Es un bar con entradas pero vale la pena visitar solo por las entradas. Probamos los Pastéis de bacalhau (croquetas de bacalau), Panzerottini (como un mini pizza con tomates cherry y mozzarella), los briwat (triángulos de filo con un relleno de tagine de pollo) y los funky camarones. Todos super deliciosos y muy bien presentados. El panzerottini faltaba un poquito de sal pero los otros, perfectos. Entre los cocteles, el PAnaLOMA era delicioso. Tomé dos. Este es una adición muy bien venida a la vecindad. Perfecto para After Office o para una cena casual.
Místico
Este restaurante debe de estar lleno cada noche pero no está. ¿Quizás por la falta de parking? Es cierto que no es por falta de servicio, ambiente o excelente comida. Es inusual hoy en día encontrar un restaurante que parece tradicional y muy moderno al mismo tiempo pero Místico mantiene ese balance perfectamente: manteles blancos, música a un nivel que no interfiere con las conversaciones y meseros con excelente conocimiento del menú, pero el ambiente es moderno y coquetón en el sentido de que en cada esquina hay algo que inspira curiosidad. La comida es variada y deliciosa con una gama grande de opciones de carnes, mariscos y vegetales. Para postres, los churros sobresalen--crujientes, calientes no empalagosos. Este lugar es altamente recomendado.
Casa Colón
Muy desilusionado. Cuando llegamos, habían dos mesas de clientes nada más y las dos ya tenían su comida. Ordenamos un gin tonic, una cerveza y las torrejitas de bacalao de una vez. Unos minutos después, ordenamos una hamburguesa Portobelo y el ceviche de Pork Belly, pero con la salsa al lado para mantener el pork belly crujiente. Especificamos a la mesera que queríamos el pork belly no como entrada sino como plato fuerte. Aunque la cerveza llegó en un minuto, esperamos veinte minutos por el gin tonic cuando no había nadie más esperando por tragos en el restaurante. A los 25 minutos después de ordenar, preguntamos sobre las torrejitas que aún no habían llegado. La mesera nos contestó con un encogimiento de hombros. A los 25 minutos, llegó el Pork Belly, aunque le habíamos dicho que lo queríamos como plato fuerte. Dos minutos después llegaron las torrejitas. Cuando recordamos a la mesera que habíamos pedido las torrejitas primero como entrada, ella nos dijo que tanto el pork belly como las torrejitas eran entradas para la cocina. Dos minutos después llegó la hamburguesa. Las torrejitas, aunque sabrosas, estaban muy grasosas. El pork belly, 90% grasa, pero no grasa crujiente después de cocinar, sino pura grasa. Los platanitos que lo acompañaban también super grasosos. La hamburguesa no estaba mala pero las papas fritas muy grasosas también. Dado la mediocre calidad de la comida y el servicio inatento, no regresaremos.
The Wallace
Al entrar en el restaurante, es notable que has entrado en un pub escocés, quizás no 100% auténtico, pero con suficiente atmósfera para transportarme a Edimburgo . La lista de whiskies es muy extensa pero ordenamos una cerveza y un gin & tonic. Mi única crítica es que no noté ninguna cerveza británica de grifo. Ordené una rica cerveza artesanal panameña. Compartimos una entrada de un slider hecha de salchicha casera. Deliciosa. Aunque el lugar es famoso por sus hamburguesas, los dos ordenamos el fish and chips, un plato que he comido en EEUU y en Inglaterra y tengo que decir que la versión de The Wallace, servida o con arvejas o ensalada de repollo, se encuentra entre las mejores que he comido. Para el postre, compartimos el Sticky Toffee Pudding qué también era delicioso. Nuestra mesera Jacky era muy amigable y eficiente. Volveremos sin duda.
Espeziak
Espeziak fue un hallazgo muy bien venido. Vi su publicidad en IG y todo lucía muy rico. Yo sé, muchas veces todo luce bien en las redes sociales pero en persona, nada que ver, pero en este caso todo igual de rico como se veía. Llegamos acompañados con nuestra hija perruna y todos estábamos bienvenidos en su amplia y linda terraza. El servicio era excelente y con muy buen conocimiento del menú y de los platos. Empezamos con el Mar Rojo (con tequila y jugo de toronja) y el Kirten. Los dos muy bien preparados. Para las entradas ordenamos las croquetas de pescado, el pulpo a feira y los torreznos. Las croquetas eran divinas, suave adentro y crujiente afuera. El pulpo era rico aunque faltaba un toquecito de sal. Los torreznos eran perfectamente crujiente y tostaditos. Para los platos fuertes, ordenamos el spaghetti trufado--de otro mundo, uno de las mejores pastas que hemos comido en Panamá. La pesca de la huerta, hecho con corvina (¿Corvina es el único pescado que se consume en este país rodeado con mares?) era muy rico y sorprendentemente complejo. El plato sobresaliente de la noche era el cachopo real, que es como una milanesa pero con un relleno de queso y jamón ibérico, cubierto en Panko y frito. Uff, vale la pena regresar solo por ese plato. Algo de este restaurante que también nos gusta mucho es que hay media botellas de vino disponible, así que si no quieres consumir mucho pero no quieres ser restringido a un vino mediocre por copa, tienes otras opciones. Los postres estaban buenos: una tarta basca que es como el famoso cheesecake vasco y un brownie que era más como un blondie. Estábamos muy, muy contentos con nuestra primera experiencia en Espeziak y volveremos pronto.
Chèvre
Habíamos comido anteriormente en Chèvre y siempre nos gustaba. Esta vez encontramos unos problemas. En primer lugar, los tragos estaban muy aguados. Ordenamos gin & tonics y Aperol Spritzes y los dos no sabían mucho a su respectivo alcohol. Para entradas, ordenamos un pizza deep dish (para compartir entre siete personas), la porchetta market y las papas fritas con queso raclette. Todos eran muy buenos, especialmente las papas con queso. Lamentablemente, los platos fuertes no llegaron al nivel de calidad de las entradas. El socarrat con langostinos estaba super salado con los langostinos casi incomestibles y como guarnición, los tomates cherry llevaba una salsa media dulzón que no combinaba con el arroz crujiente. La pasta fruti de mare tuvo el mismo problema--los langostinos estaban muy salados pero la salsa sobre la pasta estaba casi sin sabor. El filete de res era muy pequeño por $25, Fue servido con bacon duro y acompañado con un puré de papas que llegó frío. El brisket era bueno. Los postres, nada que ver. El flan de queso de cabra era sobre cocido. Es una lástima que un restaurante que siempre nos gustaba ha deteriorado mucho.
Concolón
Teníamos altas expectativas para este lugar: un ambiente cómodo y autóctono, ubicado en una calle sin salida tranquila. Lamentablemente nos fuimos muy desilusionados. Para entradas, ordenamos patacones montados de carne, changas con carne y una changa con queso. La carne mechada que usaron para los patacones y las changas faltaba sal y sazón--no sabia a nada. Los patacones montados fueron "decorados" con Cheez-Whiz! ¿Really? ¿En un restaurante "Panameño gourmet? ¿No podrían crear su propia salsa de queso? La changa con queso era el único plato rico de todos. Continuamos con una lasaña de plátanos maduros. Tenía una imagen del famoso plato puertorriqueño que se llama piñón. Lamentablemente nos desilusionó por completo. En vez de un rico picadillo entre capas de plátanos maduros, la carne molida estaba bañada en una salsa que sabía a salsa barbecue de frasco--empalagosa. La "lasaña" fue acompañada con chips de paquete de fábrica. Quiero subir una foto pero no veo ningún botón ni en el sitio web ni en la app que lo permite. ¿Mejor UX, Degusta? También ordenamos una corvina frita. ¿Cómo hacerlo mal? Lo lograron. Sólo cubierto con un poco de harina y frita hasta un punto de sequedad. No tenía sabor ni era de buen tamaño. El pork belly era bien cocido pero faltaba sabor pero acompañado con la misma salsa barbecue horrible. Tuve que pedir un plato limpio sin la salsa para poder comer el pork belly. Una pizza era peor que las de las cadenas internacionales. En un lugar que se llama "Concolón," el mismo concolón era más o menos. Nada que ver. El servicio era cordial pero sin buen conocimiento del menú, aunque nos recomendó NO ordenar una pasta con pulpo ni tampoco el espagueti con langosta. Cuando nos preguntó por un postre, sin tener que pensar, rechazamos esa opción y fuimos a otro lugar por gelatos.
Ganbei
Ya hemos ido dos veces a este lugar y siempre estamos contentos con la excelente comida. Es una adicción muy bienvenida a El Cangrejo. Los wonton es, tanto los cocido al vapor como los fritos son deliciosos y servidos con una rica salsa. La langosta en salsa de jengibre y los langostinos salteados con sal y pimienta eran sobresalientes. El egg foo yong con camarones también era auténtico y rico. Mi única queja es con los vinos. No hay opciones razonables por copa. Deben de tener vinos por copa entre $6 y $10 pero no habían. Durante la primera visita nos cobraron $25 por una copia de vino tinto qué era de muy buena calidad pero mucho superior a lo que realmente queríamos para acompañar comida china. Durante la segunda visita, nos ofreció una copia de vino blanco español por $15, algo que rechazamos. Salvo por las situaciones con el vino, este lugar es altamente recomendado. Como residente de El Cangrejo, realmente necesitábamos un buen restaurante chino en la vecindad y por fin ha llegado.
Chinatown
Este lugar nos sorprendió de verdad. El servicio era muy atento y con un excelente conocimiento del menú y de los tragos. Las recomendaciones de platos y entradas nos dejaron muy satisfechos. Empezamos con los wontones fritos, los rollos de primavera, los lon jon kau (wonton con un relleno de vegetales) y las bolas de camarón. Todos eran ricos pero los lon jon kau y las bolas de camarón los mejores de todos. Para platos fuertes ordenamos el róbalo con jengibre y cebollina, el fuyong con langostinos, el chow fun (fideos anchos) y el arroz frito young chow. El fuyong era rico pero no como el tradicional hecho al fondo del wok sino más como un crepe pero con buen sabor. Los otros platos eran deliciosos, frescos y muy bien elaborados. Sólo el postre nos desilusionó, una combinación de Oreos, helado y cheesecake, un poco empalagoso. Los tragos eran muy bien elaborados y originales. Volveremos pronto.