Mi primera experiencia en un restaurante indio en Panamá y gratamente sorprendido por la calidad de la comida. Fui el viernes a la hora del almuerzo con un amigo ya un poco tarde y no había mucha gente. En positivo además de la comida, detrás del restaurante hay un estacionamiento enorme, que hace innecesario un valet parking y ya terminadas las obras en la via Argentina es posible llegar sin quedar atrapado en el tranque. El servicio es atento, pero nada especial. El ambiente si deja que desear, ya que no es un restaurante con decoración típica sino más bien un restaurante que en su tiempo fue lujoso y que ahora está gastado y con áreas de oportunidad en el mobiliario y la decoración. Sin embrago, la comida es tan buena que da para volver y probar más platillos. El "butter chicken" y el nan son excelentes.
