Fuimos mi novia y yo a este lugar para comer algo con flow italiano un domingo a mediodía. Al llegar vimos el lugar llenísimo y el mesero muy amablemente nos ofreció sentarnos en la barra (únicos lugares disponibles). Por suerte una mesa se desocupó y pudimos sentarnos allí. Un lugar así de lleno debía prometer buenas cosas. Ordenamos de entrada una focaccia (masa de pizza con romero y aceite de oliva) exquisita. Mi novia ordenó unos gnocchi de papa en salsa roja con carne que estaban buenos y yo ordené un calzone clássico delicioso. Los precios pueden ser algo altos, pero sin duda que la calidad lo vale! El servicio estuvo normal: demoraron en atendernos y llevarnos los menús, luego me trajeron la bebida que no era (aunque esto se los puedo pasar por lo lleno que estaba el lugar y quizás hubo una confusión), pero también estuvieron bien en el tiempo de servicio de la comida, ya que la misma demoró nada en ser servida. El ambiente es frío y quizás el punto bajo: es cierto que tienen unas fotos (artísticas algunas) guindadas en la pared que le dan un toquecillo chévere al lugar, pero es solamente eso y nada más. Como dije, algo frío para mi gusto. Para una comida de buenísima calidad, el lugar es este! Recomendable!!
