Steinbock

Tenia demasiadas expectativas de este restaurante.. tantas que el día que fui salí super decepcionada. Media hora para que nos trajeran simplemente el menú.. media hora adicional para que nos tomaran el pedido, SOLO DE LA BEBIDA, y súmenle media hora mas para pedir LA ENTRADA (ya van 1.5 horas). Nos molestó tanto la situación que no pedimos plato fuerte, pedimos la cuenta, que por cierto eso si fue en seguida y nos fuimos. Al mesero le pedimos sugerencias y solo sabía decirnos lean el menú y escojan ustedes, cuando lo normal es que ellos orienten al cliente. Le tenía muchas ganas a Steinbock desde hace rato, pero no fue lo que me esperaba. De precios, cantidad y calidad solo puedo hablar del plato de entrada que pedimos que fue combinación de dos salchichas con pan alemán, las salchichas deli, poquito para lo que cuestan. Pensaré dos veces si regreso a probar el plato fuerte que me faltó.

pasamos por unas cervezas y algo de picar, degustamos quesos, albondigas, y alitas, ademas pedimos postres para compartir, ambiente tranquilo.

Gratamente sorprendido por el sitio, en verdad cuando llegamos no parecía un buen lugar, pero cuando entramos nos sumergimos en ese ambiente. Es pequeño pero muy agradable. Muchísimas personas en el lugar, ruidos van ruidos vienen, pero a la final terminas acostumbrándote y más unos tragos de cerveza alemana, delicioso.

Uno de mis lugares favoritos en Panamá, excelente comida: salchichas, codillo de cerdo, queso camembert apanado con mermelada, tomates fritos con parmesano, pretzels, entre muchas otras cosas. Variedad de bebidas, un paraíso para los amantes de la cerveza, muy buena atención y un ambiente acogedor y agradable para compartir con amigos, no se puede pedir más, 100% recomendado. Tiene estacionamiento propio.

Es sin duda el mejor bar Alemán en Panamá, la decoración te hace sentir dentro de un chalet, los muebles son de madera, bastante incómodos, pero muy acorde con el lugar. Los meseros a pesar de no ser muy sonrientes, son rápidos y conocen en detalle el menú y las cervezas que tienen disponibles, que son una variedad abrumadora. La comida es muy buena, el queso brie apanado y con mermelada es una de mis entradas favoritas, siempre pedimos un plato de salchichas variadas con curry y mostaza, así como el codillo y el tomate frito con parmesano. El precio es un poco elevado, por lo que en ocasiones vamos a otros sitios a pesar de que nos gustaría venir aquí todos los fines de semana. Tienen un estacionamiento amplio, pero aun así se llena. Viernes y sábado es dificil conseguir mesa, hay que llegar temprano. Recomendado y seguiré frecuentándolo.