Es el mejor restaurante en relación precio calidad que he encontrado en Panamá. De entrada pedimos unas samosas. vinieron 2, bastante grandes, por menos de un dolar. ¡Deliciosas además! De tomar, el chai estubo muy bueno y auténtico, y también costó menos de un dólar. De plato fuerte compartimos un arroz con pollo. El arroz era basmati, y entre los dos no pudimos acabar el plato, tal era la cantidad. Bueno el sabor, lo encontré muy auténtico. No espere comida poco picante, o estandarizada para el paladar occidental; lo que me gustó fue su autenticidad. El servicio no fue nada del otro mundo, no están allí para servir, sino para que le den su pago, parece (como casi todo en Panamá), pero se deja pedir. La terraza de afuera en la noche es rica. Dentro no tiene nada. Pero en general, por los precios, la cantidad y la comida que es, no se puede pedir más (aunque unos pósters de India, aunque sea, no vendrían mal...) en general, lo recomendamos; vale la pena ir a probar.
