Ubicado en una zona céntrica, Romero goza de una excelente ubicación que facilita el acceso, con la conveniencia del servicio de valet parking, aunque este tiene un costo de $3 sin importar el consumo en el restaurante. La primera impresión del lugar es sorprendente: el restaurante es amplio, con una decoración que deslumbra y crea una atmósfera cautivadora. En cuanto a la atención, al principio sentimos cierta presión por parte del personal para ordenar bebidas, lo cual fue bastante incómodo, pero dentro de todo, el servicio fue atento y cordial. En lo que respecta a la comida, Romero no decepciona: cada plato estuvo bien presentado y delicioso! Destacamos especialmente el risotto trufado, que fue sin duda el favorito de la mesa. No obstante, la experiencia con los postres fue menos satisfactoria. Lamentablemente, los dos postres que pedimos demoraron muchísimo en llegar y, a pesar de la espera, no cumplieron con nuestras expectativas.
