He ido muchas veces a Paul, me encanta su pastelería pero ya me ha pasado en dos ocasiones que me llega la corvina en mal estado, hoy fue el colmo, el pescado tenía un fuerte olor a amoníaco, informé a la mesera (otra que me hizo caso) porque la que en un principio me atendió, por más que le llamé, le hice señas para que me viniera, ni caso! Se llevan el plato sin tocar de mi mesa y pasando los minutos y no mr decían nada, o sea yo esperando si cambiaban el plato, si las disculpas (yo le iba a dar de comer de allí a mi bebé, puré y pescado, por suerte el olor ya estaba fuerte y me di cuenta)... Llamé a la supervisora e informé lo sucedido y allí pude cambiar por una sopa, lo mas rápido y creo que fresco... Y no me fui porque ya mi esposo e hija estaban terminando de comer lo que habían pedido... La atención de los meseros esta decayendo mucho, no se si por ser fin de semana que se llena mas y no se dan abasto pero no es excusa para esto. Presten atención, un pescado putrefacto es intoxicación segura, no es relajo. Al final llegó la mesera del inicio a decirme que si iba a querer otro plato del menú, le dije que ya había pedido la sopa y me dice con tono raro que si solo eso? En serio? Terminé la sopa y a esperar que vengan a limpiar la mesa y a pedir la cuenta, nos levantamos, nos acercamos a la caja y pagamos directamente... Una experiencia poco agradable y que conste que somos bastante habituales(almuerzos, merienda, cenas). Resuelvan esto porque el restaurante, el menú, los postres son buenos pero si empiezan a descuidar por muy vistosos que sean no queda más ganas de regresar. Lo que más me dolió es que me gusta cerrar con un postre de allí y por la espera que nos superó no se pudo! Saludos!
