Moró

Que bonito fue tener una cita en este restaurante, desde que llegamos la atención fue increíble, nos atendió Andrew y fue súper amable con nosotros nos recomendó tragos diferentes riquísimos!! La comida no se quedó atrás cada plato parecía una obra de arte y el sabor de cada plato estaba a otro nivel.. recomendado!

El servicio es bueno, la comida tiene buen sabor una excelente vista ambiente tranquilo, los precios promedio bastante bien muy limpio todo.

Me fui a celebrar mi Aniversario de Bodas en este restaurante y no pudimos haber escogido mejor lugar para nuestra ocasión especial. El lugar es increíble con un ventanal que permite ver toda la ciudad, la comida es divina y muy sustanciosa, nosotros pedimos cómo plato principal pato y trío de pescado, ambos platos súper buenos y recomendados, con una mezcla de sabores diferentes nada tradicionales, de entrada atún sellado y ensalada verde con quinoa y aderezo de Maracuya divina, la atención fue excelente, la salonera Susan que nos atendió fue muy amable y nos hizo buenas sugerencias en los platos. Y al final de la cena el restaurante nos obsequió un postre que decía Feliz Aniversario que estaba divino y de verdad fue una sorpresa muy linda, quedamos muy felices con el detalle por parte del restaurante. En fin quede encantada con el lugar y estoy segura que volveremos pronto.

Empiezo con el ambiente, el cual es un estilo moderno. Hay diferentes ambientes dentro del restaurante, está el salón principal y diferentes mini áreas adornadas con elementos característicos de algunas áreas de la ciudad de Panamá. En cuanto al servicio, el personal es muy atento, nuestro mesero José es muy agradable y atento. Ahora la comida, todo lo que pedimos está muy bueno. De entrada pedimos: la sopa de Petit Pois, el ramen con cangrejo y el tiradito de salmón. Entre esas tres, el favorito fue el ramen. Luego de platos principales pedimos: el pato confitado sobre una cama de puré de camote, la langosta con couscous, y el filete de rés. Todos muy buenos! De postre: el sable de miel de caña y coco, el profiterol, cheesecake, y el flan sobre base crocante. Todos buenos, pero el favorito fue el sable, con una mezcla entre ácido y dulce, y al mismo tiempo ofrece un sabor más fuerte que los demás postres.

Buen ambiente, muy romántico, excelente comida y buena carta de vinos. Recomendable para pasar un buen rato en pareja y familia.