Excelente opción para los amantes de la comida fusión. En un ambiente muy bien logrado, céntrico, con muchos estacionamientos, accesos y salidas a vías principales del centro bancario y de negocios de la ciudad. Todos los platos fueron de sumo agrado, excepto la sopa Kioto que a pesar de su potencial llegó muy subida de sal. De entrada mayúscula sorpresa fueron las costillas humus, riquísimas, tiernas y suficiente para cuatro comensales. También pedimos las lumpias que estaban tiernas y tostadas pero con una explosión de sabores en su relleno. De los platos fuertes escogimos un rollo, el Kokokani crujiente y muy bueno. El tenderloin curry con arroz de jazmin delicioso. Los tallarines thai muy bien logrados y de una abundancia como para compartir. El plato ganador fue el curry pad thai en términos de fusión, cocción y variedad muy alto. Para coronar la tarde el cóctel 🍸 Miss Cho dulce, fuerte pero sobrio complemento perfecto para la oferta del menú.
