Marula

Me encanta la decoración del local; desde su entrada hasta que sales del local te sientes muy bien atendido. Un poco caro para lo que ofrecen: fuimos un grupo pequeño y demoraron bastante en traer tanto las bebidas como la comida. Pedimos hamburguesa una generosa porción con papas, raviolis de cochinilla pibil con chicharrones y chutney de piña que francamente fue simple, el pesto de culantro con langostinos bastante bueno.

Fuimos un miércoles a cenar con un invitado extranjero. Las mesas del balcón nos parecieron estrechas e incómodas por la fuerte brisa veraniega. Muy amablemente nos acomodaron adentro. El menú sólo lo tienen en español. El mesero, muy amable, no se daba abasto para tomar la orden. La comida, aunque demoró unos 20-30 mn en llegar, llenó las expectativas. Ambiente agradable, bonita y audaz decoración. Sugiero reducir un poquito el volumen de la música para conversar sin esfuerzo. Buen servicio de valet parking.

Me encantó el lugar, muy buena la atención elejimos mesa en balcón y la vista muy agradable. La comida deliciosa para darse un buen gusto. Tomamos un vino rose para disfrutar con la cena. El cordero riquismo se los recomiendo.

Escogimos este restaurante por los descuentos como miembro Foodie y las ganas de conocer algún sitio nuevo, el lugar tiene un ambiente hermoso está ubicado en el piso 3 de casa casco y ese lugar siempre es muy acogedor. El Arroz funghi estaba divino pero el resto de los platos fue algo bastante regular. Mi esposo pidió el Fetuccini al Malbec y no le gustó, de postre pedimos Baru y fue lamentablemente cualquier cosa. ordenamos una entrada que la mesonera se le olvidó pedir así que lamentablemente no volveremos.

Es un lugar simpático. Son creativos con la comida e intentan decorarla, aunque en cuanto a sabor y calidad pueden mejorar. En otras palabras, se enfocan más en la estética y apariencia de los platos que en la comida, lo que resulta en errores. Por ejemplo, pedimos las ostras de entrada. Estaban servidas en un plato con pequeñas pierdas, simulando el mar, pero no tenían hielo para mantener la ostra fría. Como resultado, estaban algo calientes, cuando sabemos que se deben comer frías. De plato fuerte pedí los gnocchis con salmón. Estaban buenos, sin embargo debí haber pedido el New York Steak, que se veía sustancial. De postre pedimos el cheesecake con base de chocolate. Este sí me gustó mucho. Como conclusión, es un lugar ideal para tomar fotos y comer postre; no tanto para mariscos.