Fuimos con mucha ilusión a celebrar el cumpleaños de un amigo. La vista del lugar es impresionante y eso hace que uno se sienta muy bien hasta que llega el momento de ordenar.
Caos total, los platos llegaron a destiempo, en algunos casos frÃos. Ordenamos a las 7pm y eran las 9pm y aún no terminábamos de comer. Incluso una de las entradas que ordenamos, y que en cada ronda del mesero encargado de nuestra mesa pasaba y nos preguntaba si ya nos la habÃan traÃdo, al final resultó que se agotó y que pese a que la habÃamos ordenado 2 horas antes, jamás la pudimos probar.
Ni hablar de la jarra de sangrÃa que vino caliente y pedir un vaso con hielo o un vaso con agua eran un suplicio.
Los meseros se veÃan que intentaban hacer lo mejor que podÃan, pero algo falló en la logÃstica o en la cocina, o en ambos. Porque los meseros no podÃan recordar que habÃamos pedido y cada vez que pasaban nos volvÃan a preguntar y los platos llegaban desfasados de tiempo entre uno y otro.
En conclusión, linda vista, pero no es un lugar donde puedas ir a degustar distintos platos con amigos en tranquilidad, lo único que tendrás como resultado será hambre y desesperación.
