Casa Blanca

Viernes en la noche. Música en vivo dentro del local demasiado alta y no permite una conversación en una misma mesa, como resultado mucha gente gritando como cantina de barrio. Solo ordenamos una sangría y una picada. La sangría demasiado dulce, luego me fijé en el bar y noté que la hacen con vino barato de cajeta, por $7 la copa, se espera algo mejor. La atención, deficiente. Cero empatía de parte del personal, ni un solo gesto agradable, una sonrisa, un saludo; al contrario pareciera que estuvieran molestos, tal ves por la hora (11pm). Ordenamos Patacones Morgan, patacones hechos con plátano maduro y los mariscos, aunque en una salsa con buen sabor, no podían ocultar que viene de paquete congelados.

La comida es muy rica, el ambiente es chevere, puedes sentarte al aire libre en una plaza con música en vivo(generalmente) adentro es un poco más clásico pero pequeño

Es una comida sencilla pero de muy bueno sabor. Las arañitas estaban maravillosas! No hay una cantidad muy grande de platos pero hay opciones de todos los tipos.

No tengo queja alguna de este lugar, he visitado varias veces el restaurante, y realicé un pequeño vento en el bar (white house) y en ambos la atención fue espectacular! Es ideal para pasar un rato diferente, rodeado de la alegría y dinamismo del Casco. Entre los platos recomendados, la entrada de Patacones Capitán Morgán es muy buena.

Siento que ah mejorado mucho en cuanto a todo, excelente sabor de cada platillo, el robalo crocante una delicia, la paella con buen sabor, el pollo con tocino muy delicioso, el ambiente siempre perfecto.