Recién entras al lugar recibes una buena impresión, es amplio, la barra es enorme y bien iluminada, las mesas y sillas complementan bien, pero hasta allí. Al lugar le falta vibra, personalidad. La comida no está mal, el arroz frito, el brisket, las yucas, el caniche frito, todo cumplió, pero los tragos muy mal hechos y se les olvida llevarlos a la mesa. La atención tiene defectos, no es esmerada y sufre de mala coordinación. Creo que debe estar fallando el gerente de turno o algo así.
Desde fuera parece una cafetería más, pero entras y notas que le dieron importancia a crear un ambiente agradable y cómodo. Las porciones de los platos que pedimos son generosas y sus precios dentro de lo razonable. Mi lasagna de plátano estuvo buena. Me parece que lo mejor es la atención de Kiwi. Esta chica disfruta atender, es muy natural, agradable y amable. Volveré.
He estado aquí varias veces y pienso que este lugar vale la pena. Todo lo preparan con esmero. Lo que más deseo destacar es el enfoque en entretener a los comensales. Tienen mini arcades y mesas de fulbito completamente gratis. Algo gratis en Panamá es una rareza, en este país que hoy día hasta el agua te cobran. Solo espero que en Balboa Boutiques inicien un fuerte plan de mercadeo que incremente la cantidad de visitantes. Se lo merecen.
Conocí este establecimiento con su nombre anterior. Su vista al mar sigue siendo su carta de presentación. Con mis acompañantes solo pedimos unas entradas y ninguna me impresionó, tal vez pediría de nuevo las croquetas de bacalao, pero ñas berenjenas y el tártar estuvieron bajos de promedio. El cheescake de postre estuvo bien y el vino también. El servicio es elegante y esmerado.
En verdad que el chef Fulvio está revolucionando la comida panameña. En mi opinión (de comensal y sin instrucción) es el chef más creativo y atrevido. Primero que las porciones me parecen muy buenas. Yo pedí el pescado escabeche y quedé sorprendido con lo distinto que es al plato caribeño que conocemos, pero lo gratificante que es comerlo con su presentación en croquetas con cebolla morada. Además que lo acompañé con unos patacones enormes que pensé al verlos llegar que se habían equivocado y enviaron una entrada. Mis acompañantes pidieron pulpo al carbón y allí las opiniones estuvieron divididas, pero lo que sí tuvo consenso fue el arroz, el cual era una pailita de concolón hecho a la perfección. De postre comimos el flan con queso blanco. Ese postre me pareció fabuloso, aunque creo que al queso le faltó algo de frescura. En cuanto al ambiente, una entrada súper amplia y ambientada. Estaba completamente lleno, bullicioso y se complica conversar, pero no me molestó pues disfruté el ambiente de éxito que se respira. A pesar de lo lleno la atención es esmerada y la comida llega rápido.
Me di ka oportunidad de comer varias cosas del corto menú y todo me gustó muchísimo. El bao, los wantones, la entraña y el emparedado en pan moña estuvieron perfectos. Las salsas no hicieron la diferencia. La atención muy buena, el mesero conocía bien cada plato y era muy prudente. Un lugar que muestra la calidad del movimiento gastronómico panameño. Volveré.
En mi primera visita a este lugar sólo fui por café. Tienen distintos granos, pregunté los detalles de cada uno para saber cual escoger y nos respondieron, aunque pienso que la chica pudo haber sido más entusiasta y didáctica. Escogimos la opción aromática, menos ácida en capuchino.
Es el mejor café que he bebido. Delicioso, el grano, la textura, la crema, todo combinaba perfectamente.
Quise preguntar sobre ellos y lo que hacían, pero quedé con la impresión que no obtendría muchas respuestas.
Sin embargo, estoy seguro volveré muchas veces, el ambiente y el café lo valen. También creo que me animaré a preguntar más sobre su oferta y me van a responder.
El sitio es muy acogedor, la atención amable y conocen sus platos, sin embargo las entradas y cortes de carne que comí no tienen nada del otro mundo, nada memorable. Para colmo, los precios provocan un desbalance de precio calidad muy desfavorable. Es carísimo y no lo vale ni un poco. No volveré.
Pasé caminando y pensé que es el tipo de lugar al que hay que darle un oportunidad, sobre todo ahora con la difícil situación económica. Además desde las aceras el lugar luce atractivo, sobre todo que hay unos sofás en la terraza que invitan a pasar. Sin embargo, lo de los precios y la calidad de la comida acaban con cualquier buena intención. Los precios son altísimos y la comida es regular, nada del otro mundo. La atención es esmerada, pero aparte de eso, no entiendo que están intentando allí ni cuál es la estrategia para sobrevivir a la difícil situación que deben estar pasando.
Terrat Roof Top
Recién entras al lugar recibes una buena impresión, es amplio, la barra es enorme y bien iluminada, las mesas y sillas complementan bien, pero hasta allí. Al lugar le falta vibra, personalidad. La comida no está mal, el arroz frito, el brisket, las yucas, el caniche frito, todo cumplió, pero los tragos muy mal hechos y se les olvida llevarlos a la mesa. La atención tiene defectos, no es esmerada y sufre de mala coordinación. Creo que debe estar fallando el gerente de turno o algo así.
Paraiso Cafe
Desde fuera parece una cafetería más, pero entras y notas que le dieron importancia a crear un ambiente agradable y cómodo. Las porciones de los platos que pedimos son generosas y sus precios dentro de lo razonable. Mi lasagna de plátano estuvo buena. Me parece que lo mejor es la atención de Kiwi. Esta chica disfruta atender, es muy natural, agradable y amable. Volveré.
Space Smash
He estado aquí varias veces y pienso que este lugar vale la pena. Todo lo preparan con esmero. Lo que más deseo destacar es el enfoque en entretener a los comensales. Tienen mini arcades y mesas de fulbito completamente gratis. Algo gratis en Panamá es una rareza, en este país que hoy día hasta el agua te cobran. Solo espero que en Balboa Boutiques inicien un fuerte plan de mercadeo que incremente la cantidad de visitantes. Se lo merecen.
Filomena
Conocí este establecimiento con su nombre anterior. Su vista al mar sigue siendo su carta de presentación. Con mis acompañantes solo pedimos unas entradas y ninguna me impresionó, tal vez pediría de nuevo las croquetas de bacalao, pero ñas berenjenas y el tártar estuvieron bajos de promedio. El cheescake de postre estuvo bien y el vino también. El servicio es elegante y esmerado.
Cantina del Tigre
En verdad que el chef Fulvio está revolucionando la comida panameña. En mi opinión (de comensal y sin instrucción) es el chef más creativo y atrevido. Primero que las porciones me parecen muy buenas. Yo pedí el pescado escabeche y quedé sorprendido con lo distinto que es al plato caribeño que conocemos, pero lo gratificante que es comerlo con su presentación en croquetas con cebolla morada. Además que lo acompañé con unos patacones enormes que pensé al verlos llegar que se habían equivocado y enviaron una entrada. Mis acompañantes pidieron pulpo al carbón y allí las opiniones estuvieron divididas, pero lo que sí tuvo consenso fue el arroz, el cual era una pailita de concolón hecho a la perfección. De postre comimos el flan con queso blanco. Ese postre me pareció fabuloso, aunque creo que al queso le faltó algo de frescura. En cuanto al ambiente, una entrada súper amplia y ambientada. Estaba completamente lleno, bullicioso y se complica conversar, pero no me molestó pues disfruté el ambiente de éxito que se respira. A pesar de lo lleno la atención es esmerada y la comida llega rápido.
Tori
Me di ka oportunidad de comer varias cosas del corto menú y todo me gustó muchísimo. El bao, los wantones, la entraña y el emparedado en pan moña estuvieron perfectos. Las salsas no hicieron la diferencia. La atención muy buena, el mesero conocía bien cada plato y era muy prudente. Un lugar que muestra la calidad del movimiento gastronómico panameño. Volveré.
Jero Boulangerie
En mi primera visita a este lugar sólo fui por café. Tienen distintos granos, pregunté los detalles de cada uno para saber cual escoger y nos respondieron, aunque pienso que la chica pudo haber sido más entusiasta y didáctica. Escogimos la opción aromática, menos ácida en capuchino. Es el mejor café que he bebido. Delicioso, el grano, la textura, la crema, todo combinaba perfectamente. Quise preguntar sobre ellos y lo que hacían, pero quedé con la impresión que no obtendría muchas respuestas. Sin embargo, estoy seguro volveré muchas veces, el ambiente y el café lo valen. También creo que me animaré a preguntar más sobre su oferta y me van a responder.
Gobe
El sitio es muy acogedor, la atención amable y conocen sus platos, sin embargo las entradas y cortes de carne que comí no tienen nada del otro mundo, nada memorable. Para colmo, los precios provocan un desbalance de precio calidad muy desfavorable. Es carísimo y no lo vale ni un poco. No volveré.
Sabor y Aroma
Pasé caminando y pensé que es el tipo de lugar al que hay que darle un oportunidad, sobre todo ahora con la difícil situación económica. Además desde las aceras el lugar luce atractivo, sobre todo que hay unos sofás en la terraza que invitan a pasar. Sin embargo, lo de los precios y la calidad de la comida acaban con cualquier buena intención. Los precios son altísimos y la comida es regular, nada del otro mundo. La atención es esmerada, pero aparte de eso, no entiendo que están intentando allí ni cuál es la estrategia para sobrevivir a la difícil situación que deben estar pasando.
Ay Mi Negra (Multiplaza Mall)
Uno de los sitios favoritos de mi hija de 9 años. Es un hit preparar postres frente al cliente. Deberían abrir en algún lugar con terraza.