Por fin hemos encontrado una terraza en la que la música de fondo acompaña la conversación , en lugar de substituirla. Un bien muy escaso en Panamá, donde parece que es mejor el que emite a más decibelios.... El ambiente es genial, y el servicio, de primera. La comida, bien. Tomamos Edamame, Frosty Kobe Fried Rice y Shortrib Yaki Noodles. Todo correcto, excepto la porción de edamame, un tanto escasa. Sería bueno corregirlo.

Qué almuerzo de domingo tan agradable hemos tenido. Escogimos la terraza para aprovechar el buen día y disfrutamos muchísimo de los platos que pedimos: steak tartar, raviolone de cordero y entraña. No se puede decir otra cosa que excelentemente preparados y con el punto de sazón acertado. Y el servicio, impecable a pesar de lo tarde de la hora, pues nos estábamos sentando a almorzar casi a las cuatro de la tarde. Añadiendo a todo ello la relación calidad-precio (fuimos con un 35% de descuento por reservar con Degusta), sobresaliente

Una carta corta, pero con unos platos realmente buenos. Todo lo que probamos nos encantó: el ceviche de pescado, las croquetas de pulpo y el pulpo con arroz con coco. Y el flan de café de postre, absolutamente espectacular (y en porción sobrada para comprtir entre dos). Tienen que mejorar sin embargo la insonorización: con el lcoal lleno como estaba, hay que elevar demasiado el tono de voz para poder tener una conversación audible, pues la reverberación del sonido de fondo es excesiva.

Qué comida más sabrosa la que nos sirvieron en Caliope. Impresionantes los entrantes: ceviche de cobia y tartar de atún. Inmejorables. De segundo compartimos una parrillada de carne que ya sabíamos que no iba a ser excepcional (el precio tampoco daba para más), pero muy bien presentada y condimentada. La nota discordante: a la hora de pagar, me dice el mesero que marque en el ticket qué propina quiero dejar. Y para mi sorpresa, las opciones comenzaban en el 15%, y de ahi hacia arriba. No me parece correcto, cuando el porcentaje acostumbrado en Panamá, que no es poco, es un 10%. Tuve que escribir a mono ese porcentaje para que me cerraran la cuenta. Es una lástima, porque en lo demás el servicio es exquisito, pero esa picaresca está fuera de lugar en un establecimiento tan elegante y con tan buenos platos. Les sugeriría que desterraran esa práctica, que entiendo puede incomodar bastante a los clientes.

Como siempre, el servicio impecable en Jimmy's, y la comida en su justo punto, con la misma receta y el mismo cariño en su preparación desde que conozco el establecimiento hace más de veinticinco años. Espectacular el pulpo al carbón, la corvina Jimmy's, las berenjenas rebozadas y el queso frito. Además, uno de los restaurantes de Panamá que tiene una carta de vinos a precio razonable. Si no se busca un lugar sofisticado, siempre es un acierto seguro. Y, por cierto, un amigo de familia griega que ha viajado por los cinco continentes me dijo cuando lo llevé que es la cocina más auténticamente griega que ha probado fuera de Grecia.

Los platos que nos sirvieron en la cena eran aceptables, aunque tardaron más de lo que resultaría razonable y las porciones deberían incrementarse un tanto. Sorpresa con la cuenta: pedimos dos cervezas Balboa. Nos dijeron que no tenian y ante ello solicitamos qué otras cervezas nacionales tenían. Nos ofrecieron Cerveza San Felipe (sin mirar la carta, y por tanto sin conocer el precio). Pagamos la cuenta, y al llegar a casa vi que me habían cobrado, por cada cerveza, OCHO DÓLARES, y la cerveza figuraba en la factura como IMPORTADA. Si nos hubieran dicho que esa cerveza era importada (lo cual es cierto, pues investigando he visto que se fabrica en Winsconsin, EE.UU.), con seguridad habríamos pedido una cerveza nacional. No me parece bien dar esa mala información al cliente.

No conocia este restaurante, y me gustó mucho el ambiente y la decoración. Un salón amplio, con una iluminación muy agradable y decoración minimalista. El servicio muy bien. Comimos unas pizzas muy sabrosas y en tamaño generoso, preparadas en su punto, quizás de las mejores que he comido en Panamáen los últimos tiempos. Bien recomendable

Grata experiencia en este restaurante ubicado en la planta superior de una plaza comercial, lo que suele ser un handicap para su conocimiento. La decoración, en ambiente y la iluminación, inmejorables. Uno de los lugares más acogedores que se pueden encontrar en Panamá para cenar. Un auténtico diez en ese aspecto. Tampoco hay queja del servicio. En la comida, algo más flojo. La ensalada caprese espectacular en la presentación (un tomate montado con intermedios de mozzarella sobre base de salsa y hojas de albahaca: bien original), pero con una mozzarella que estaba ya demasiado seca. No se habría tenido que servir con eso. Los platos fuertes (risotto de zucchini y pasta al pesto) bien elaborados y muy bien presentados, aunque un tanto escasa la porción de pasta. Si cuidan un poco más la calidad de los ingredientes y se ponen algo más generosos con las porciones, será un lugar que recomendar.

Un lugar muy curioso, con ambiente de autentico Saloon del Far West. La carne es de buena calidad y cocinada correctamente, pero las raciones son algo escasas, tanto de las entradas como de los platos fuertes a compartir. Está bien para una cena informal sin pretensiones, pero no provoca repetirlo de inmediato.

Como siempre, las tapas de Santa Rita a un altísimo nivel, lo que nos permitió cenar a gusto sin entrar en los platos fuertes. Lástima que hayan reducido un tanto el tamaño de las raciones, estaría bien volver a las cantidades previas a la pandemia. El servicio exquisito, y el ambiente, de lo más acogedor. Nos quedamos con las ganas de las mollejas, a ver si la próxima vez tenemos más suerte, pues hasta la fecha las preparaban muy bien.