Fuimos sin saber que el restaurante recién habia abierto un par de dias atrás... A mi familia le encantó la opción de comer en las mesas a baja altura y así estábamos sentados en el piso. Pedimos alitas koreanas y estaban deliciosas al Igual que el Samgyupsal. Los sabores deliciosos, únicos, memorables. Ya queremos regresar, porque tanto el ambiente como la experiencia fue buenisima. El personal todo muy amable y atento, pendiente de todo. Antes de retirarnos la dueña paso a saludar y a preguntarnos sobre la experiencia.