Un lugar encantador en Boquete para brunch. Se pide y paga en caja, con un menú lleno de opciones. La comida es deliciosa y el ambiente precioso: una casa junto al río, muy bien decorada, acogedora y pet friendly. Lo único a mejorar es que uno de los cafés tardó bastante en llegar, pero igual vale mucho la pena visitar.
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