Local sencillo que consta de una terraza con vista a la calle principal de El Valle, no cuentan con ventiladores lo que hace que sea bastante caliente al mediodía. El servicio fue rápido, pero el sabor no fue lo esperado, particularmente la empanada que solo sabía a grasa. La hamburguesa y papas estaban bien.

Super acogedor, la comida estuvo deliciosa, especialmente el fish and chips, y el servicio fue rápido, esmerado y amigable. Cabe destacar que nos indicaron que la cocina cierra temprano, por lo que si quieres cenar aquí debes llegar antes de las 8pm.

Restaurante tipo fonda sencillo pero con mucha variedad y te atienden con mucho cariño y entusiasmo eso fue lo mejor! Tienen mesas al aire libre y es muy agradable sentarse bajo los árboles mientras disfrutas tu comida típica panameña.

Muy buena ubicación frente al mar con bohíos, paraguas además del rancho principal del bar-restaurante que además ofrece duchas. Lo que no me gusto es que pagas por estar allí, consumas o no, $5 por adulto y además te atosigan hasta que lo pagas. Pienso que este monto debería ser consumible. Los precios de los platillos no son accesibles. El servicio deja que desear.

Comida típica panameña sencilla, como en casa, servicio rápido, rico y a precio súper accesible. Recomiendo especialmente el sancocho y si gustan del yogurt, el de fresa artesanal es exquisito!

Los mejores anillos de maíz además del queso del país y el bienmesabe. Recomendable hacer el pedido el día antes porque es muy popular y concurrido. Lo veo más bien como para retirar tu pedido y salir y no para quedarte comiendo ya que el lugar es pequeño e incómodo.

Súper bonito desde que entras a la finca hasta el restaurante en si, tanto su área interna como la terraza. Atención rápida, nos sirvieron nuestros platillos relativamente rápido y todos quedamos complacidos. Puedes recorrer la parte de abajo de la terraza mientras llega tu comida y es entretenido para los niños. Me encantó especialmente la ensalada de quinoa.

Sigo yendo a Friday's más que nada por tradición aparte que me encantan particularmente sus papas fritas y salsa marinara. En esta oportunidad visité la sucursal de David la cual me pareció más abatida que las de la ciudad que he visitado. De la atención no tengo queja, las chicas muy amables y atentas y la comida, fue del sabor y porción esperados.

Nunca había ido y me encantó el ambiente que rodea a este restaurante que lo hace único, rústico pero acogedor, con chimenea y terraza desde la cual, si el clima permite, se puede ver Bajo Boquete. La atención es buena, la comida es rica, a precio justo y abundante.

Es un lugar sencillo con estilo rústico. Fuimos a desayunar y los precios son accesibles. La comida llego rápido y muy caliente pero para mi gusto estaba simple y el omelet q se suponía debía ser saludable estaba frito en aceite. El servicio es muy bueno.