Buenas bebidas y ambiente para conversar y pasar un rato ameno con las familias y/o amigos. Les falta un poco de variedad para comer.

Lo que me gusta de este restaurante es poder comer a la orilla del mar, aunque podrían mejorar la calidad del mobiliario en los ranchos, la comida es buena, lo esperado encontrar en la costa de Colón con sus platos de mariscos para comer con patacones o arroz con coco. El servicio es un poco lento y poco esmerado, sobre todo si estás lejos de la entrada del mismo pero si te gusta el ambiente eso lo compensa.

En un rincón de Colón 2000. El restaurante no está a la vista pero es atendido por sus propios dueños que son Canadienses y se esmeran en que la pases bien, buen sabor de la comida y calidad de sus ingredientes. Preparan un rico salmón, sus carnes y su pasta con salmón y con camarones mis favoritos.

Llegamos por casualidad, para llevarnos una grata sorpresa, lugar pequeño pero acogedor, servicio excelente (hasta el chef salió a explicarnos sobre nuestros pedidos), la comida excelente (el espagueti al óleo de acompañamiento es de otro mundo), una joyita en el valle, que junto con su excelente música de ambiente convirtió nuestra tarde de trekking en una comida romántica!

Fuimos por recomendación de nuestro hermano, pero no me fui muy contento. El ambiente es muy bueno por lo que deberían explotarlo con un mejor servicio, en más de una ocasión nos trajeron un plato equivocado que era para otra mesa. La entrada llegó con la comida, la pizza de mi hermana de lo normal, mi pasta la tuve que dar sazón con el queso parmesano. En mi caso su fama no acompañó el resultado.

Es una parrillada argentina, sin embargo pedí un Rib Eye importado que estaba un poco duro. El pulpo al carbón de mi novia salvo la tarde. Un lugar bueno para pasar el rato y la mesera muy amable.

Buenas Hamburguesas (Su especialidad) Soy de Panamá, pero recomiendo que en su visita a David pasen a degustar sus platos. Recomendación la Hamburguesa La Coneja y sus Margaritas que a pesar de tener muchas cervezas artesanales le ponen amor (a la margarita) y sabor no como otros lados que están simples.

Una amiga nos lo recomendó y dio en el clavo. El ambiente de la terraza espectacular. Y la comida más allá de lo que esperábamos. Mi recomendación el cochinillo chiricano.

Nos hospedamos en el hotel en una visita al área de tierras altas. Pensábamos que no teníamos porque ir a comer a otro sitio fuera y nos llevamos la mala impresión. Los platos no tenían ese sabor que uno espera para degustar. No lo recomiendo