Fuimos por nuestra mini luna de miel a Boquete y este fue el primer restaurante que fuimos. INCREÍBLE, nos sentamos junto a la ventana, muy romántico y acogedor. Pedimos media jarra de sangría blanca que estuvo deliciosa y de entrada la torre de berenjena que tbn estuvo on point!! De plato fuerte cada uno pidió pasta; yo a la pescatore y mi esposo a la marinara. Ambas muy ricas, debo decir que sirven bastante por lo que podemos recomendar pedir platos para compartir.