Fuí con la curiosidad de probar lo que ofrece la cocina del Chef Charlie Collins. No salí defraudado. Primero que todo el hotel, bar y restaurante ofrece un ambiente tipo casa americana de campo, muy elegante y limpio. La comida es deliciosa, con una variedad de ingredientes frescos y sabores distintos que harmonizan en el paladar y tiene los toques estéticos esperados de una cocina gourmet. El personal es súper atento. Fue una grata experiencia.