Me fue muy fácil encontrar el lugar ya que está en una zona céntrica, la desventaja es que el lugar es obscuro y al principio pensé que estaba cerrado. Al ser obscuro da una sensación de privacidad y armonía. Realmente es el único restaurante de ese estilo en el área de Santiago, los platos son bastante creativos aunque no tienen nada especial. Pedí los ''Coliflower bites'' y a pesar de ser tan dulces que empalagan, pude terminar la porción. En el menú dice que tienen chili pero no pican en absoluto. De plato principal pedí la corvina con crema en puré, estaba muy rica aunque el puré no parece hecho sino que tiene sabor a puré de caja. La atención es bastante buena, la mesera que me atendió conoce bien el menú y es muy amable.

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