Llegué con mi hijo una noche tranquila en la que el restaurante estaba casi vacío. En general el restaurante está fácil de localizar y sin problema para estacionamiento. Area tranquila y segura con nombre del restaurante bien visible. Al entrar el restaurante se veía limpio, amplio, con luz tenue y música extranjera a volumen razonable. El menú me pareció muy variado, un poco extenso y confuso. Si no conoces de comida libanesa como yo que no tenía idea, te puedes enredar. Le pedí ayuda al mesero que por cierto fue muy amable y atento conmigo y con mi hijo. Nos recomendó unos kibbe y una sopa de lenteja y de plato principal un pollo. La verdad no quedé muy impresionada con la comida. La sopa de lenteja tenia vegetales muy duros y la lenteja le hacía falta cocción. Los kibbes muy grasosos. El pollo supo bien con su sabor medio vinagroso y la papa estuvo normal. Ya después de pagar me ofrecieron un 'te digestivo' el cual me alivió la verdad. Si volviese al restaurante sería para darles otra oportunidad ya que la atención fue muy buena pero si me cocinan así en un día lento, no quiero imaginar cómo sería en un día movido. Algo que me molestó aparte es que habían personas fumando (huka? se me escapa el nombre de la pipa) y no tiene mucha separación entre areas. Creo que pueden mejorar su menú y contratar otro chef.