Vale la pena para un viernes entre amigos o compañeros de trabajo, ideal para tomar algo y compartir algunas entradas. La sangría me pareció demasiado fuerte para mi gusto, pero la pizza fue una grata sorpresa: normalmente no soy fan de la pizza con miel, ¡y la de aquí realmente me gustó!

La calidad de la comida ha bajado en comparación con lo que solía ser. Las entradas siguen siendo incomparables, pero los platos fuertes ya no invitan a repetir: el vacío llegó en un término muy malo y el chicharrón tenía un sabor extraño, tanto que no pude comerlo. Lo más rescatable fue el puré de papas. Este restaurante me gustaba mucho, pero incluso con el cambio de menú, ya no se siente como antes.

No decepciona, en esta ocasión probé un crepes de cochinita pibil, riquísimo, un jugo de maracuya muy , aunque algo ácido, y sus postres ni hablemos deliciosos.

Decidí comprarlo porque visualmente se veía bien y tenia comentarios antiguos, que era bueno, pero no lo vuelvo a comer, el pollo es cierto que para ser frito no es seco, pero el sabor era excesivamente ajo, que en un punto era imposible comerlo, no vender porciones de 1/4, y medio pollo es demasiado para una persona, el puré está bueno y el arroz también.

Honestamente esperaba mucho más por los reviews de otras personas, pero francamente nada me gusto: primero no permitían subiéramos, la comida súper simple, la torrejita no era de maíz nuevo, tristemente no volvería a ir.

Me gusto la decoración, el ambiente, el menú es bastante reducido, pero lo mejor fue la mimosa de lavanda 🥰 y el menú tipo after Office que tienen creo solo los días de semana.

Me encanta, tiene comida deliciosa y es un lugar acogedor, aunque el frío es horrible, asumo por los niveles que se deben mantener para resguardar los productos congelados.

Es uno de mis rooftop favoritos, más que nada por el ambiente latino, los meseros son un encanto, sus DJ y música fabulosa, los tragos muy ricos y hacen como unos brindis de repente con mini coronas gratuitas, su menú de platos es reducido, pero es un sitio más para tragos y convivir con amigos.

Fabulosa la mecánica de compra de vinos, la comida no es la mejor, pero el sándwich de brisket es bastante grande y tiene buen sabor, el hummus estaba cremoso, tienen variedad de vinos, el patio es lindisimo y las luces bajo el árbol, me encantan.

Me encanto! Pedimos una media jarra de sangría y unas amapolas deliciosas, de comer probamos las asian dragón wings, taquitos de carne, croquetas de ropa vieja y fried chicken & Hummus, todo delicioso y la atención fenomenal, los viernes DJ y esta súper para pasar el rato. Las porciones son pequeñas y no es restaurante económico, pero vale la pena.