Fuimos para conocer pero no regresamos más. El estacionamiento es confuso sin buena señalización, hay que buscar bien el ascensor. En el restaurante bar a pesar que la comida es rica y la mesera es amable, la atención es muy mala. El Bloody Mary muy salado, y la sangría es agüada. Se pidió salsa no picante para las alitas, y trajeron salsa picante. Tuvimos que pedir agua en 3 ocasiones porque ni el vaso de bienvenida trajeron. El sancocho muy rico, pero tomó más de media hora que trajeran el plato. El baño con la puerta abierta indiscreta, cochino y el secador de mano dañado. Peor aún, a pesar de preguntar si el boleto de estacionamiento se sella, nos dicen que no es necesario. Al llegar a la salida de estacionamiento hubo que pagar el estacionamiento a $0.05 el minuto cuando debió ser gratis porque no sellaron el boleto.
