Segundo Muelle (San Francisco)

Luego de visitar varias veces este Restaurante puedo calificarlo como debe ser. Mantienen la calidad de su comida bastante estable en cuanto a presentación y sabor. Los precios han subido un poco pero es entendible por el costo de sus insumos. Sin embargo esta última visita todos los platos estaban bastante salados, lo cual nos extrañó mucho. En cuanto a las bebidas si han bajado su calidad o sencillamente no le prestaron la atención debida ya que ordenamos vinos que estaban mas calientes que al tiempo lo cual no es justificable al igual que los Pisco Sour que eran más de 3/4 de su vaso de espuma cuando anteriormente la espuma era mucho menor. Creo que en general es un buen restaurante y opción en la ciudad pero deben cuidar mucho el mantener la calidad a fin de no desmejorarla. Por lo demás recomiendo sus causas que están todas muy ricas, el Tacu Tacu con lomo deliciosos y la Pankita de Pulpo muy rica con su picantito, El Flan muy rico y por su puesto el tradicional Suspiro Limeño como siempre delicioso. Recomiendo este restaurante pero cuidado al ordenar sus bebidas.

Tienen valet parking que debes usar para tu comodidad. La calle adyacente está usuallmente llena de carros. El ambiente es regular y bullicioso pero se te olvida con su buena comida. La parijiela que fue el plato insignia estuvo bien lograda con el eapesor del caldo apropiado. Sabor delicioao que arreglamos con picante y limón como a mi me gusta. Un vinito chileno acompañó esta cazuela de mariscos a la perfección. Los precios son muy razonables y la atención apropiada. Regresaré pues su menú variado brinda esa posibilidad.

Volví en un mes. Su oferta es buena. Menú variado. Especialidad en mariscos. Ambiente regular, servicio apurado y regular,. Estos últimos dos factores tolerables por su buena comida a precios muy razonables. No lo atracan a uno por su oferta. Probamos esta vez una parrillada marinera, el atún con risotto de hongos y corvina a la parrilla. Todos en su punto. El Chardonay Reserva Gran Tarapacá nos acompañó impecablemente.

Con su valet parking se le quita a uno el problema de estacionamiento. El ambiente es regular tirando a regular. Nada espectacular. Sillas duras de madera sin acolchonamiento. La atención también regular. Los meseros dejaron los menús en manos de los comensales durante mucho tiempo después de haber efectuado el pedido, tanto es así que me aburrí y lo puse en el suelo. Luego pasaban de largo con el truco ya conocido de mirar otro lado y trabajar menos, hasta el punto que nos hicieron esperar para cancelar la cuenta. Hasta aquí la crítica adversa. El filete Thai muy bueno. Sí era filete y no como me mintieron hace pocos días en otro restaurante de la localidad. (Todavía no me recupero de ese fiasco). El tiradito mixto para mí fue lo mejor, el limón en su punto con el ají chombo finamente picado, el ajonjolí negro, la cebollina, los camarones, el pulpo y la tuna estaban deliciosos. Los acompañé con un arroz blanco. Lo mejor fueron los postres,. No soy un fan de ellos pero confieso que probamos cuatro. El suspiro limeño exquisito, un biscocho con crema de chantillí estupendo, el que más me gustó fue uno con nueces caramelizadas, lástima no recuerdo el nombre.

Muy buen restaurante. Nunca hemos tenido inconvenientes ni con la comida ni con la atencion. Los platos salen relativamente rapidos y siempre con un excelente sabor. Los que puedo recomendar son: Wanton de Langostino, Wanton de Lomo, Aji de Gallina, Corvina a la Plancha; de bebida jugos naturales o Sangria, y de postre: Flan, Tres Leches y Brownie, buenos dulces para cerrar la noche con broche de oro.