Fui súper atendida por la hostess, muy amable me llevó hasta la mesa y me entregó el menú. Lamentablemente no puedo decir lo mismo de los muchachos que atienden las mesas, tuve que esperar y llamar a alguien para que me tomara el pedido ya que a nadie se le ocurría acercarse a la mesa a preguntar, estuve sentada en la parte de afuera y atrás y toda esa área me pareció descuidada, habían meseros pasando de aquí para allá pero ninguno prestaba atención a la mesa, de comer pedí una ensalada césar, me pareció bastante buena y luego un café y un postre a la chica que cobra (luego me dí cuenta que solo cobra) por que no había más nadie pendiente a la mesa. El café americano llegó casi de inmediato mas el postre nunca llegó. Solicité la cuenta y ahí fue que me di cuenta que la chica a la que le pedí el postre y el café solo se dedica a cobrar. En cuanto al ambiente, con imaginación, literalmente te puedes transportar a un café en Francia. Le daría una segunda oportunidad para probar más cosas del menú como sus desayunos y por supuesto los postres.
