Me encanta este restaurante: la comida y el ambiente son muy especiales! El servicio, no tanto. En dos ocasiones he ido y en ambas no ha sido el mejor. Bueno, pero si hacemos eso a un lado: hablemos de comida. Delicia! De entrada pedimos edemame que es ligeramente picante y si salsita es deliciosa; gyozas de camarón y puerco, muy ricas y sencillas; arañitas con una salsita deliciosa; roca volcánica que son bolitas crocantes de choclo por fuera con aguacate dentro; pizzeta de salmón, con una mezcla de ingredientes que incluye aceite de trufa para darle ese extra punch!; Trío Okinawa que son pequeños envueltos en tres tipos de pescados con un interior de arroz (tendría que validar); tacos de tres tipos: camarones, pescado (originalmente la orden era de entraña pero se equivocaron - al tema del servicio!) y entraña - buenísimos todos!!!; tres rollos: uno costumizado sin crustáceos, uno vegetariano y dos ordenes de Kanyi, todos deliciosos pero este último es muy diferente y vale la pena pedirlo! Todo delicioso, las porciones son pequeñas, por lo que si hay más de dos personas, sugiero pedir varias órdenes, como fue nuestro caso. En cuanto a postres, pedimos tres de los que estaban disponibles: torta de pan, tres leches y brownie. Adelanto que el tres leches no fue el favorito y lo único wow es que te lo preparan en la mesa (el vídeo es simpático para compartir) - pero este postre fue el de menos! La torta de pan fue la sorpresa del día - mamallena glorificada pero es que muy diferente y en versión gourmet! Viene con helado y moras, go for it!!! Para los chocolate lovers- el brownie estaba delicioso, viene en pequeñas porciones (que lástima!!) pero tiene malvaviscos asaditos y una capa de mantequilla de maní deliciosa!! Buena selección de bebidas. Ambiente agradable, pero definitivamente más recomendado de noche.
