Acabamos de hacer un pedido en mika Clayton. Pedimos pancakes y cacerolita mika. Los pancakes llegaron bien pero lejos de lo que es la esponjosidad de la masa, se agrieta por todos lados y no permite comer con cubierto, el bacon estaba medio crudo, nada cronchi. Ahora hablemos de la cacerolita. Al destaparla pude notar el olor al tomate dañado, y la textura del chorizo indica que está fuera de los días correctos para su consumo y la textura es asquerosa. El tomate que se supone que es un guiso además de oler mal, huele como si lucharon tomate con agua y lo echaron encima del chorizo, cuando realmente lleva guiso criollo. Por otra parte el papel que usan como anti grasa destiñe color negro en los alimentos, el huevo del pancake estaba teñido de color negro. Y el colmo de los colmos es que nos quejamos al restaurante y su respuesta fue la más equiz y sin solución de la vida. Además de que han bajado la calidad enormemente en la cocina, también el servicio ha ido en declive. Antes no era así, ahora no mantienen la calidad ni en los productos que usan, no en la cocina y menos en el personal que se supone está para brindar una solución a estos problemas. En conclusión, perdimos el dinero y la experiencia fue fatal.
