Meze

Empezamos con el pie izquierdo porque, aunque habíamos reservado con varios días de antelación y especificado que queríamos una mesa abajo, nos sentaron arriba. ¡Sin explicación! El mesero que primero nos atendió, en Bosnia total; parecía que había entrado ese día. Sin embargo, al ratito fue reemplazado por un mesero de mucha experiencia y buen trato, y de ahí en adelante todo cambió. El servicio rápido (quizás, muy rápido) y atento. La comida ok; buena, mas no excepcional. Los meze mejor que los platos fuertes (no recomiendo las chuletas de cordero, que usualmente me encantan). Donde este restaurante deslumbra, es el local. Una bella casa antigua bellavistina, al que le han metido mucho esfuerzo, amor y dinero, para hacerte sentir en un pedacito de Grecia. Creo que este restaurante puede llegar a ser superlativo, pero hay que hacer ajustes.

Local es muy agradable. Varios espacios privados. Pocos espacios de estacionamiento. La comida no pasa de regular. La atención es rotundamente mala. El meseró nos indicó que le ordenaramos los platos diciéndole los nombres en griego, porque se los solicitamos enncastellano y no sabía cuales eran. El tiempo de espera de la comida fue de mas de 30 minutos. Todos los platos que debian ser calientes llegaron fríos. El tiempo para que trajeran la cuenta fue 45 minutos. Para no repetir.

Ambiente excepcional, lástima que la comida no le acompaña. Pulpo a la brasa duro, seco e insípido. Pescado con salsa de queso feta insípido. Carne de ternera insípida y dura. Por lo menos la ensalada de jaloumi rica y también el briam. El postre estuvo delicioso, casi que salva la noche. El mesero principal que nos tocó fue algo tosco, descuidado, lento y liso, todos los comensales quedamos horrorizados. Esperemos que mejore porque sería una lástima desperdiciar un lugar tan hermoso.

¡Un explosion de sabores al paladar! Me conformaba con los clásicos restaurantes griegos en Panama que son excelentes pero Meze lleva la cocina griega al siguiente nivel. En todos lados que he probado un queso feta o un Tzatziki, me han sabido muy bien pero en Meze sientes un toque diferente que hace especial. Será la frescura de los ingredientes o algún toque secreto que hace diferente a los clásicos platos griegos que hace que vuelvas a sentir una experiencia como si lo estuvieras probando por primera vez. Muy bonito y decorado el restaurante. Se siente como si estuvieses en el mediterraneo o cerca del mar. Nos rellenamos con puras entradas que no pudimos pedir platos fuertes así que realmente es un buen lugar para reunirse con amigos, platicar y disfrutar de diferentes small bites.

Mi primera experiencia al visitar MEZE fue buena, una casa acondicionada para recibir una buena cantidad de comenzales. Las entradas frias fueron buenas, un pulpo en aceite de Oliva que denominan Xtapodi Xidato, luego una entrada de un queso frito (Saganaki esjaras) muy salado por cierto. El plato fuerte era una bandeja que contenia: 2 tortas de carne molina deliciosamente sasonada, 2 tipos de chorizos (regulares), pollo asado y cordero (por cierto sin sabor) este plato lo denominan Pikilia KreatiKon. Ordenamos vino Griego Asprolithi de sabor bastante regular y no para competir con vinos argentinos, chilenos y mucho menos espanoles. El postre de Baklava fue lo mejor y mi acompañante un arroz con leche bastante regular. La atención muy buena, los meseros se esmeran en atenderlo y si hay una proxima vez, intentaré pedir otros platos de mejor calidad.