Gratamente sorprendido de este local, una terraza rústica pero bien ambientada y con un salón cerrado para comer con aire acondicionado. Pedi un plato de alambre Mazatlán tan abundante que sólo pude comer la mitad y me lo traje a casa. El plato muy sabroso con una porción de tortillas también abundante, 3 salsas de diferente intensidad. Excelente el servicio y el precio. Volveré
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