Llegamos a las 5:00 p.m. y nuestra reserva era para las 4:00 p.m., así que entiendo perfectamente que no la mantuvieran. Lo que no es aceptable es cómo lo manejaron: desde el primer contacto, la hostess fue poco profesional, sin criterio para ofrecer opciones, sin una actitud mínima de recepción y con un tono como si el problema fuera del cliente. Más que hostess, parecía alguien estresada y fastidiada porque había gente entrando. El lugar está bonito, la decoración es agradable. Lástima que el servicio no esté a la altura. Nos sentaron en la barra y, a partir de ahí, la experiencia fue una especie de búsqueda del tesoro… solo que el tesoro era un mesero. Y ojo: estar en la barra no es excusa. Normalmente el bartender atiende bebidas y el equipo de sala apoya con comida, retiro de platos y seguimiento. Aquí pasó lo contrario: los bartenders estaban claramente saturados haciendo malabares para atender, mientras los meseros iban de mesa en mesa como gallinas sin cabeza, sin mirar la barra ni una sola vez. Resultado: el único “servicio” que recibimos fue el que logramos conseguir a punta de insistir y pidiéndole ayuda a los bartenders. Pedimos bebidas, prosecco y comida. Uno de los pedidos no llegó y hubo que pedirlo nuevamente (esa vez sí llegó rápido). La comida estaba bien presentada y rica, eso se reconoce. Pero terminó ahí. Nadie retiró los platos; se quedaron acumulados en la barra hasta que tuve que pedirle a uno de los bartenders que los quitara. Uno de ellos sí fue cordial y con buena disposición; el resto del equipo, inexistente. Estuvimos ahí de 5:00 p.m. a casi 10:00 p.m. y, en todo ese tiempo, el servicio fue básicamente cero: nadie se acercó a preguntar, a ofrecer, a retirar, a atender. Todo el personal corriendo con mucha energía, pero con cero coordinación. Y para cerrar con broche de oro: al llegar dejamos el carro en valet parking, que nos indicó que el ticket debía ser sellado en el rooftop o se cobraban USD 5. Al salir pedimos a la hostess que lo sellara y se negó de mala gana, diciendo que no porque faltaba sello/hora (cuando el valet nos había dado otra instrucción). Resultado: pagamos los USD 5. Para colmo, al expresar nuestra molestia, mandaron al seguridad a interrogarnos, como si reclamar un mal servicio fuera una situación sospechosa, cuando literalmente ya estábamos saliendo. La vista es normal, nada espectacular. La plaza es un caos para entrar y salir y el tráfico en Coco del Mar es pésimo. En resumen: buen potencial, pero atención horrible, desorganización total y trato al cliente muy pobre. No volveremos y no lo recomendamos.
