Al entrar habia 1 pareja esperando en fila para sentarse, a los 5 mins los buscan y los sientan... nosotros quedamos ahi esperando como 10-15 minutos a que nos asignaran una mesa, cuando habian 2 mesas disponibles... tuvimos que ir a solicitarles que nos ubicaran. No habian mucha variedad de yakitoris, pedimos de pechuga y cebollina, de pechuga sola y habichuelas con bacon y la verdad carecian de sabor, ni una salsa para acompañar, creo que les hubiera ayudado. Pedimos kimchi, señores, esto SI estaba bueno, uno de los mejores kimchis que he probado en Panamá. El karage de pollo estaba algo insipido igual, pero aceptable. Ademas pedimos onigiris de salmon, esto si nos gustó mucho, mejor que el de otros restaurantes, el twist de que tenia habichuelas dentro fue una bomba 🔥 y tambien pedimos un tori soboro don, no estaba malo pero nada fuera del otro mundo la verdad. Amamos la comida japonesa, la verdad ibamos con altas expectativas. Otra cosa es el servicio, de parte del chico que esta en la cocina (uno que tiene gafas, si no me equivoco) es algo rudo en el trato y desinteresado. No me gustó su atencion para nada.
